Alemayehu Bezabeh- ULY MARTÍN
ALEMAYEHU BEZABEH
El atleta llegó hace dos años a Madrid en busca de la supervivencia como un inmigrante más y se ya ha convertido en un valor mundial.
AGENCIAS. MADRID. El español de origen etíope Alemayehu Bezabeh confirmó en Atapuerca, donde ganó al subcampeón mundial de cross, el keniano Leonard Komon, que el futuro del fondo español pasa por sus largas piernas, descubiertas para el atletismo hace apenas dos años, cuando llegó a Madrid en busca de la supervivencia como un inmigrante más.
Bezabeh, que debutó con la camiseta española en los 5.000 metros de los Juegos de Pekín, tomará el relevo del lesionado Juan Carlos de la Ossa en la temporada de cross y está llamado a ser "el atleta español del futuro durante muchos años", según su entrenador, Manuel Pascua Piqueras.
Junto a los yacimientos arqueológicos de Atapuerca, Bezabeh estrenó la temporada con una victoria de prestigio, ante rivales de entidad, con una autoridad de atleta privilegiado. A sus 22 años (nació el 1 de enero de 1986 en Addis Abeba), el compatriota de origen de Haile Gebreselassie y Kenenisa Bekele, estrenó la temporada con paso firme, apuntando al podio del próximo europeo de cross y tal vez a las plazas de finalista del Mundial de Berlín 2009.
"El futuro es suyo por muchos años. Es un atleta para batir el récord de España de 5.000
-13:02.54, en poder de Alberto García- y situarlo sobre 12:50. Será un valor a nivel mundial, pero es joven, hay que ir despacio con él y tener en cuenta que un fondista se hace a partir de los 26 años", explica Pascua Piqueras.
La historia de este atleta que no corrió prueba alguna en Etiopía, por lo que era absolutamente desconocido, se unió a la desesperación que sufren miles de inmigrantes africanos. Su hermano huyó de la miseria rumbo a Australia y Alemayehu eligió España.
Su primer hogar fue la propia calle, y su cama el césped de un parque público, donde probó los rigores del frío y del miedo. Un lugar de acogida en el barrio de las Delicias de nombre Karibu le allanó el camino. El padre Antonio Díaz vio las posibilidades atléticas de Bezabeh y le presentó a su compatriota Fidaku Bekele y éste a un grupo de altetas.
El atletismo le ofrecía sacar la cabeza del agujero y no desaprovechó la oportunidad. En apenas dos años, y después de probar la humillación de sentirse un vagabundo, se estrenó como internacional en Pekín, lejos de su mejor forma y con problemas físicos que no le impidieron ser undécimo en la final de 5.000.
"Vino a España con una fisura horrorosa en la pierna y fue a Pekín con secuelas. No se pierde un entrenamiento y en competición no se asusta de nadie", cuenta su entrenador, quien destaca su faceta humana, muy por encima de la de atleta.
Fuente: la opinion coruña.es
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