Los Principes de Asturias- EFE
Felipe de Borbón. Príncipe de Asturias
FERNANDO VALVERDE - Granada
Granada cuenta desde ayer con una nueva mano abierta a la ciencia y a la interculturalidad gracias a la inauguración de la cuarta fase del Parque de las Ciencias, que estuvo presidida por los Príncipes de Asturias.
A orillas del río Genil, la cubierta de los nuevos pabellones que han ampliado el museo hasta los 70.000 metros cuadrados (uno de los mayores espacios museísticos de Europa dedicado a la ciencia) se asemeja a una mano abierta, si bien su perfil muestra de una manera abstracta la silueta de Sierra Nevada. Dos símbolos que se convierten en universales nada más acceder al nuevo parque, que vigila con la tranquilidad del bronce Albert Einstein, sentado en un banco junto al acceso.
El Parque de las Ciencias, que comenzó a gestarse en 1995, ha destinado a esta cuarta fase más de 60 millones de euros, que casi en su totalidad han sido invertidos en un complejo arquitectónico admirable bautizado como el Macroscopio. Compuesto por cinco pabellones, un paseo por el Macroscopio supone una auténtica borrachera de ciencia y de entretenimiento, que los encargados de la producción de las muestras han sabido equilibrar a la perfección.
La primera sala que encuentra el visitante es la dedicada al pasado andalusí de la región. El mayor pabellón ha sido dedicado a Al-Ándalus y a su ciencia, recordando los diferentes saberes del esplendor hispanomusulmán que han llegado hasta nuestros días. En la planta baja se encuentra una exposición sobre la ciencia árabe occidental, que supo recoger los mayores avances de las tradiciones persas, indias y greco-latinas. De entre todas las propuestas del pabellón estrella de la cuarta fase destaca el llamado Jardín de Al-Ándalus, un espacio al aire libre en el que se exponen las diferentes especies vegetales que llegaron a la península durante la época andalusí.
El segundo gran pabellón del Macroscopio se titula Viaje al cuerpo humano, y centró durante el día de ayer todos los comentarios de los visitantes que acompañaron a los Príncipes de Asturias durante la inauguración. La exposición permanente del pabellón se centra en todo lo relativo a la salud de los seres humanos y tiene como propósito principal la difusión del conocimiento actual sobre las ciencias de la salud y de la vida. La sala expositiva principal ocupa una superficie de 700 metros cuadrados en la que priman los elementos interactivos y dinámicos. La participación del visitante es, por un lado, física y manual, y por otro reflexiva, intentando comprender lo que ocurre y el por qué. "Es lo que más ha sorprendido e interesado a los príncipes", explicaba un monitor a los periodistas, que trataban de lograr algún tipo de declaración o mueca de los príncipes.
Fuente: el pais.com
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