Ana Fidelia Quirot
Javier Sotomayor
Dayron Robles
Por Rafael Arzuaga
Muchos, alguna vez siquiera, desean estar en el cielo. Es una alucinación infantil que forman los animados y se desarrolla cuando visitamos un planetario, practicamos aeromodelismo, entramos a un aeropuerto, o cuando miramos hacia arriba buscando nuestra primera noche.
Muchos, alguna vez siquiera, desean estar en el cielo. Es una alucinación infantil que forman los animados y se desarrolla cuando visitamos un planetario, practicamos aeromodelismo, entramos a un aeropuerto, o cuando miramos hacia arriba buscando nuestra primera noche.
Solo algunos convierten esa fascinación en obsesión. Unos pocos logran viajar al espacio, volar aeronaves o saltar en paracaídas. Pero a la mayoría los sigue seduciendo, pese al paso de los años.
Por eso puede entenderse que los internos del Centro Penitenciario Aguacate, en Quivicán, se mostrasen eufóricos por algunos minutos, una tarde de este octubre: cumplieron ese sueño y, como aguinaldo, escucharon confesiones de Ana Fidelia Quirot, Javier Sotomayor y Dayron Robles, estrellas del firmamento atlético mundial.
La Tormenta del Caribe provocó admiración por el respeto que aún siente por su adversaria más feroz; el Rey de las Alturas meditó junto con el auditorio en torno a una injusticia por la que pena todavía; y la jovialidad del Guepardo del Guaso hizo las delicias de todos.
Así, grosso modo, vivieron este viaje soñado, germinado del contrato de trabajo INDER-MININT (rubricado para potenciar la reformación de los internos), y en el que encontraron asimismo a Alberto Juantorena, doble campeón olímpico de Montreal 76, y al preparador de Robles.
Las voces e historias de Ana Fidelia, Sotomayor y Robles, retumbaron en las paredes de la prisión, trocaron el gris de siempre como antes lo hizo el cantautor ariguanabense Silvio Rodríguez y, como aquella vez, el habanero vuelve a fulgurar, ahora con una síntesis de lo que dijeron las estrellas.
Ana Fidelia Quirot (actualmente labora en el departamento de Relaciones Públicas de la Comisión de Atletismo): "María de Lourdes Mutola y yo fuimos muy amigas. Se me hacía bastante difícil por su estilo de correr, pero tengo la satisfacción de que en los eventos importantes, como los Grand Prix, Mundiales y Juegos Olímpicos, siempre la vencí".
Javier Sotomayor (ahora coordinador manager de la Federación Cubana de Atletismo): "Todavía (la acusación de dopaje en Winnipeg 1999) me hace sentir muy mal. Es lo más injusto que me hicieron. He sido sometido creo que a más de 200 controles por sorpresa en mi casa, en aeropuertos, en hoteles; no puedo determinar la cantidad exacta. Quise saltar en Winnipeg para ganar otra medalla panamericana; si estuviera dopado no iba, incluso me aconsejaron no ir porque tenía una hernia discal que aún me molesta. Pero quería saltar. Ahí sucedieron muchas cosas negativas, se dijeron mentiras, se mencionó que había consumido sustancias imposibles no para un humano, sino hasta para un caballo. Allí salté 2,30 metros, una altura que rebasé en más de 300 ocasiones; no tenía que hacer nada para saltarla".
Dayron Robles (cumple 22 años el 22 de noviembre): "La temporada salió como la proyectamos mi entrenador y yo. Fue magnífica. (Acerca de la lesión de Liu Xiang): Me puse en su lugar. Es un sacrificio que uno hace durante cuatro años, que se va en un suspiro. Él tenía que defender su corona y debió ser difícil no poder hacerlo. En la Olimpiada, cuando vi lo que le sucedió, realmente me acomodó. Fui a bajar de 12.85 segundos, para que me pudieran ganar tenían que sacar chispas de la pista. ¿Qué me pasó en el Mundial Bajo Techo? La confianza me jugó una mala pasada".
Fuente: el habanero.cuba
ENLACES:
Ya he visitado vuestro blog y me parece muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
A todos,
ResponderEliminarAcabo de incorporar un traductor al blog, o sea que desde este momento se puede traducir lo que se haya publicado al idioma que queramos.
Espero vuestra opinión de la nueva herramienta y vuestros comentarios.
Un abrazo,
Blas