Taller de costura de la Retoucherie de Manuela.
Foto: http://www.elmundo.es
- Algunas personas optan por reciclar su ropa antigua mediante arreglos
- El número empeños de joyas ha aumentado un 8% en el primer semestre
- La compra de productos tecnológicos de segunda mano también crece
Escrito por: Carmen Estirado - Madrid
Como las monedas sueltas que quedaban en los bolsillos, algunos negocios que venían pasando desapercibidos han conseguido protagonismo en esta época de crisis. Las tiendas de segunda mano, los desguaces o las casas de empeño son algunas de estas empresas en auge, que hacen el agosto debido a que los ciudadanos buscan ahorrar a toda costa.
Se acabó la era de usar y tirar. Comprarse un reloj nuevo en vez de cambiarle la pila era una costumbre muy practicada. Sin embargo, la situación ha cambiado y con ésta se han disparado el volumen de reparaciones. "La gente ya no se lanza a comprar nuevos modelos, pero sí demandan más arreglos", explica una empleada de la relojería Anma, situada en la zona madrileña de Canalejas. Además, reconoce que han surgido nuevas costumbres para reducir los costes como proponer el "pago" de estos servicios con viejas sortijas. En alguna ocasión, incluso abandonan el reloj por no poder hacer frente a la reparación.
Otro escenario que ha cambiado con la crisis ha sido el de los coches. El número de matriculaciones ha descendido estrepitosamente en lo que va de año. De hecho, el mes de septiembre ha cerrado con unas ventas de 65.593 vehículos, un 32% menos que el año anterior. La otra cara de la moneda la presentan los desguaces que se han convertido en otro de los negocios que han recibido con los brazos abiertos la crisis.
"La gente intenta alargar como sea cada vez la vida de los coches", explica un trabajador de Desguaces Palomino, negocio ubicado en la zona industrial de San Martin de la Vega (Madrid). Cada vez son más los particulares que cruzan la entrada de estas tiendas, en un intento por ajustarse el cinturón y evitar el coste adicional de los talleres. "Mientras que nosotros ofrecemos una llanta en medio uso por unos 60 euros, en un taller es fácil pagar más del doble", comenta. Sin embargo, no todo son buenos datos en su negocio, puesto que también son menos los que llegan a estos depósitos. "Mientras que antes entraban unos 400 coches al día, ahora sólo recibimos unos 50", explican fuentes de los Desguaces La Torre, en Getafe.
Nuevas costumbres
La Retoucherie, una franquicia dedicada al arreglo de prendas y tintorería que lleva más de 30 años en escena, ha aumentado también su volumen de negocio. Con el cambio de estación, los armarios hacen hueco para las nuevas prendas y este año cada vez son más las personas que optan por reciclar el vestuario de la anterior temporada.
"No es que hayamos aumentado el número de arreglos, pero sí el volumen de facturación", comenta Miguel Ángel Alonso, director de marketing de la Retoucherie de Manuela. Antes de la crisis, los arreglos recaían mayoritariamente en prendas nuevas, lo que suponía una subida o bajada de un bajo de un pantalón con una horquilla de beneficios muy baja. "Ahora la gente viene con las prendas que año tras años donaban a ONGs, se la daban a la asistenta o incluso la tiraban a la basura y esperan una transformación completa, lo que traducido en nuestras oficinas significa más comisión", comenta el directivo.
La compañía lider en el sector afirma que la innovación es su estrategia para sortear la crisis. "Nos hemos encontrado desde gente que desea convertir un viejo pantalón vaquero en bolso hasta madres que desean tejer un nuevo vestido con el traje de comunión de su hija".
El reciclado no sólo acaba en el vestuario, sino que las tiendas de segunda mano, también confiesan un mayor flujo de operaciones, lo que repercute en un mayor beneficio para ellas. El stock de este tipo de establecimientos se ha visto ampliado por las propiedades de clientes primerizos que acuden en busca de consuelo financiero. "Un cargador de móvil, unos videojuegos que se han quedado un tanto obsoletos o un aparato reproductor de DVDs son los productos más golosos demandados por los clientes", comenta un trabajador de Cash&Converse, cadena que negocia con particulares la compra y venta de productos seminuevos.
Si los intentos resultan fallidos y el ahorro de las familias imposible, la última opción son las casas de empeño. El número de personas que acudió este año a empeñar sus joyas a los Montes de Piedad, entidades dependientes de las cajas de ahorro, aumentó un 8% en el primer semestre del año. Las casas de empeño, también revelaron aumentos significativos. Lo que ha variado es el perfil que acude a empeñar sus joyas y antigüedades. Mientras hace un año, el número de inmigrantes era muy acusado, ahora se han sumado a esta práctica más españoles que no llegan a fin de mes.
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