"Le pido que mande reestudiar urgentemente todo ese proyecto del jardín por alguien que entienda lo que hay debajo, quitando los puntos donde el agua se va a embalsar sin salida sobre el túnel", dice Melis.
La tesis del ingeniero es que las inundaciones no son achacables a sus túneles, que considera "una de las más impresionantes infraestructuras hechas nunca en el mundo", sino a las actuaciones para ajardinar la superficie que ha liberado el soterramiento de la M-30.
"Lo que no se puede hacer y es muy reprobable es, tras terminar las obras y para poner un jardín encima, hacer enormes agujeros en el techo de los túneles por donde circulan los coches. Cualquier gota de agua que caiga del cielo entra naturalmente en el túnel", dice.
Melis añade que "si, además, se han puesto por motivos estéticos unos muros muy altos en los bordes de las calzadas, el agua no puede ir al cauce, se embalsa: y lo que entra en el túnel por esos agujeros ya no son unas gotas, es lo que ha sido".
Argumenta también que su obra no se hizo con prisas y que los 22 meses que se tardó no son pocos sino "el plazo normal", porque, aunque "ya creemos en España que son normales los lánguidos plazos de otras infraestructuras y nadie protesta", "sólo bajo el mandato de Gallardón se volvió a recuperar la forma correcta de hacer las infraestructuras, y quien le copia las hace bien".
Los madrileños no tienen por qué preocuparse
Por eso asegura que "los madrileños deben estar tranquilos porque el proyecto de soterramiento de la M-30 está hecho por las mejores ingenierías consultoras de España, y las obras por las cuatro mejores constructoras de España, es decir, de Europa o del mundo".
También le pide, "de nuevo" en este caso, "que mande quitar esos pinos de encima de las losas y ordene poner otras especies con raíces menos peligrosas" y "que haga todo esto aunque no quieran algunos de sus subalternos, que veo que no quieren pero ya vemos lo que pasa".
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