Teresa Perales
Teresa Perales puso el broche de oro a su participación en los Juegos Paralímpicos de Pekín al sumar su quinta medalla, la tercera de oro, en la prueba de 50 metros libre clase S5 y con un estratosférico récord del mundo. Su intención era hacer 36 segundos pero la nadadora zaragozana lo rebajó hasta 35.88, por delante de la checa Bela Hlavackova y la ucraniana Olena Akopyan.
"Pedazo de récord del mundo. Estaba en 36.42 desde Berlín (2003)", comentó. ´"De hecho es la primera vez que hago un gesto como de rabia al llegar a la pared. Es la única medalla de oro que no había conseguido nunca, bueno hay otra, pero ésta me hacía especial ilusión porque era en la que siempre he tenido más opciones pero nunca lo había logrado. Además, se la debo a mi hermano", añadió.
Teresa no podía borrar la sonrisa de la cara, y no es para menos. Se marchará a casa con cinco preseas y dos récords del mundo, cinco metales que sumados a los de sus dos anteriores citas paralímicas hacen 16, igualando así el récord de la atleta Prificación Santamaría. "Habrá que ir a Londres para superarla", dice riendo. Su balance está claro que es muy positivo: "Mejor imposible. Son las medallas que yo deseaba y del color que yo las deseaba".
"Pedazo de récord del mundo. Estaba en 36.42 desde Berlín (2003)", comentó. ´"De hecho es la primera vez que hago un gesto como de rabia al llegar a la pared. Es la única medalla de oro que no había conseguido nunca, bueno hay otra, pero ésta me hacía especial ilusión porque era en la que siempre he tenido más opciones pero nunca lo había logrado. Además, se la debo a mi hermano", añadió.
Teresa no podía borrar la sonrisa de la cara, y no es para menos. Se marchará a casa con cinco preseas y dos récords del mundo, cinco metales que sumados a los de sus dos anteriores citas paralímicas hacen 16, igualando así el récord de la atleta Prificación Santamaría. "Habrá que ir a Londres para superarla", dice riendo. Su balance está claro que es muy positivo: "Mejor imposible. Son las medallas que yo deseaba y del color que yo las deseaba".
La nadadora política
Perales lleva en silla de ruedas desde hace 13 años por una mala medicación. Empezó practicando kárate pero después se decidió a probar la natación y hasta hoy. "En el agua no necesito a nadie e incluso miro a la gente de frente y no hacia arriba. En el agua estamos todos al ras", comentó.
Desde 2003 compagina su actividad política con el deporte, su gran pasión. He sido diputada de las Cortes por el partido aragonés, directora general de atención a la dependencia, asesora de servicios sociales del Gobierno de Aragón y ahora es asesora de Fomento y Deportes en el Ayuntamiento de la capital maña. Le gusta la política pero reconoce que el último año, con campaña electoral, ha sido muy difícil porque ha tenido que hacer encaje de bolillos para cuadrar con los entrenamientos.
Lleva soñando con Pekín desde hace más de un año. Se bajó una aplicación a su ordenador para ir descontando los días que faltaban. Empezó con 700 y ahora ya lo recuerda con cierta melancolía, aunque sólo piensa en descansar: "Ahora voy a tomarme unas vacaciones de piscina, tengo necesidad de no tocar agua en mucho timpo. Al final se ha hecho muy duro y creo que me las merezco".
Entre sus planes más inmediatos está ser madre. "Normalmente el ciclo deportivo marca un ciclo vital. Después de Atenas me casé y después de Pekín quiero tener un hijo, quiero ya formar familia. Tengo 32 años y es el momento perfecto y así podría ir a Londres a animar a su madre", concluyó.
Fuente: marca.com
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Desde 2003 compagina su actividad política con el deporte, su gran pasión. He sido diputada de las Cortes por el partido aragonés, directora general de atención a la dependencia, asesora de servicios sociales del Gobierno de Aragón y ahora es asesora de Fomento y Deportes en el Ayuntamiento de la capital maña. Le gusta la política pero reconoce que el último año, con campaña electoral, ha sido muy difícil porque ha tenido que hacer encaje de bolillos para cuadrar con los entrenamientos.
Lleva soñando con Pekín desde hace más de un año. Se bajó una aplicación a su ordenador para ir descontando los días que faltaban. Empezó con 700 y ahora ya lo recuerda con cierta melancolía, aunque sólo piensa en descansar: "Ahora voy a tomarme unas vacaciones de piscina, tengo necesidad de no tocar agua en mucho timpo. Al final se ha hecho muy duro y creo que me las merezco".
Entre sus planes más inmediatos está ser madre. "Normalmente el ciclo deportivo marca un ciclo vital. Después de Atenas me casé y después de Pekín quiero tener un hijo, quiero ya formar familia. Tengo 32 años y es el momento perfecto y así podría ir a Londres a animar a su madre", concluyó.
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