Sebastián Vettel
Fernando Alonso, a los mandos de su Renault durante la carrera.
Fernando Alonso
ALEJANDRO CIRIZA
La Fórmula 1, que devora promesas casi con la misma facilidad que las construye, tiene desde ahora un nuevo referente. El alemán Sebastián Vettel logró la victoria en el Gran Premio de Italia con una gran exhibición bajo la lluvia que cayó durante todo el fin de semana en el exigente trazado de Monza. El piloto de Toro Rosso dominó la carrera de principio a fin, haciendo gala de unas condiciones supremas para el pilotaje al más alto nivel. Un estrato en el que se encuentran hombres como Fernando Alonso, que volvió a exprimir las prestaciones del R28 y finalizó en una cuarta posición que le proporciona a él y a Renault unos puntos muy importantes para el Mundial de constructores. Vettel, de 21 años, se convertía así en el vencedor mas joven de un Gran Premio y presentaba sus credenciales para las próximas carreras.
El piloto germano venció por delante del finés Heikki Kovalainen (Mclaren-Mercedes) y del polaco Robert Kubica (BMW), que concluyó tercero. Otro de los protagonistas del día fue el británico Lewis Hamilton, que pese a partir desde la decimoquinta posición de la parrilla de salida completó una gran remontada y terminó séptimo. El inglés continúa al frente del Mundial con un punto de ventaja sobre el brasileño Felipe Massa (Ferrari), sexto en Monza. Quien perdió casi todas sus opciones fue el vigente campeón, Kimi Raikkonen, que concluyó noveno y ofreció un rendimiento muy irregular durante todo el Gran Premio transalpino.
Al igual que en Spa, las condiciones meteorológicas influyeron decisivamente en el desarrollo de la carrera. Cómo ya había demostrado durante las sesiones de entrenamientos y en la calificación, Vettel se alió a la perfección con la persistente lluvia que cubría el asfalto de Monza. El piloto de Toro Rosso comandó la prueba desde el principio y supo manejar muy bien su renta sobre Kovalainen y Kubica, que observaban a través de sus retrovisores la estela de otros aspirantes al podio como Heidfeld o Massa. La elección de los neumáticos se convirtió en una decisión trascendental y desde que Fernando Alonso apostó por los intermedios, comenzó a escalar posiciones. Lewis Hamilton desplegó la misma estrategia e inició una memorable ascensión con varios adelantamientos estelares.
Pilotos y bólidos, al límite
Los charcos condicionaban la visibilidad y cada trazada de los pilotos, que apuraron al máximo en las chicanes y probaron en más de una ocasión la arena y la hierba de las curvas del circuito de Monza. Vettel, con un ritmo constante de carrera, hizo rápido la selección con la única amenaza de Kovalainen. Más retrasado, Alonso volvía a dejar claro su dominio sobre el agua y resistió los ataques del BMW de Heidfeld, mientras que Massa y Hamilton peleaban por obtener el máximo número de puntos. Raikonnen, en permanente lucha consigo mismo y su monoplaza, se las tuvo tiesas con Webber, Glock y Piquet, pero al final tuvo que conformase con la novena plaza. Ajeno a la batalla por el Mundial, Vettel atravesó la línea de meta en primera posición y dejó muy claro que el gran circo cuenta ya con otro talento precoz.
Fernando Alonso, que augura un futuro brillante para al alemán, se mostraba muy satisfecho con el cuarto puesto obtenido en el circuito italiano. "En los Grandes Premios que quedan, ojalá pueda volver a firmar cuartos puestos. Destrozamos los neumáticos en las primeras vueltas, pero después, cuando cambiamos a intermedios y me situé en la cuarta plaza, llegué a divertirme. En esta ocasión acertamos con la decisión", declaraba el asturiano al término de la carrera. Ahora, el Mundial abandona el territorio europeo y se traslada a Japón, donde tendrá lugar el próximo Gran Premio dentro de quince días. Posteriormente, los escenarios de China y Brasil supondrán el epílogo de un campeonato vibrante.
Fuente: el pais.com
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