Usain Bolt
En 1984, Carl Lewis hizo 8,54 metros en su primer salto del concurso de la longitud. Hizo un segundo salto, nulo, se puso el chándal y dejó de competir. Su propio público le pitó hasta hartarse, pero no se inmutó. Sabía que con esa marca le valía para ganar el oro (hoy le seguiría sirviendo), y tenía un objetivo mucho mayor: ganar cuatro pruebas (100, 200, 4x100 y longitud) e igualar la marca de Jesse Owens en Berlín’36. En Pekín, Usain Bolt quiere ser el primero desde aquel día en ganar oro en 100 y 200 metros, y, de paso, atacar el récord del mundo imposible: el 19,32 de Michael Johnson en 200 metros lisos. Si lo hiciera, se convertiría en el más grande.
Cuando el jamaicano se enfrente al norteamericano Walter Dix en la final del doble hectómetro, el mundo esperará, claro, otra exhibición de este astronauta deliberadamente chulo, deliberadamente jamaicano y deliberadamente valiente. No le gusta pasar desapercibido, y es imposible que lo haga. Y es que hacer 20,09 segundos en la semifinal de los 200 metros dejando de correr los últimos 70, haciendo que el voluminoso norteamericano Shawn Crawford pareciera un tuercebotas entrando crispadísimo a su lado mientras Bolt trotaba, hace imposible que este tipo no sea la estrella del lugar.
Medallas y marcas
Lewis hizo 9,99 en la final del hectómetro en Los Ángeles, y unos magníficos 19,80 (récord olímpico de la época) en los 200. La primera marca quedó más que pulverizada con los años, y Lewis nunca podría haber soñado con los 9,69 de Bolt. La marca del ‘Hijo del Viento’ en los 200 caerá también en la final (Bolt hizo hace un mes su mejor marca y récord nacional, 19,67), pero ahí está el reto imposible: bajar los 19,32 de Johnson en aquella noche mágica de Tokio, en la final del Mundial de 1991 en la que su mínima zancada enfundada en las zapatillas doradas pasó a ser leyenda.
Johnson cree que Bolt hará 19,50, no menos, y quizá tenga razón. Sí que afirma que Jeremy Wariner, el dominador del 400 en los últimos cuatro años, batirá su no menos legendario (este récord del mundo data de 1999, en los Mundiales de Sevilla) 43,19 segundos. Pero Bolt ni es de Texas como Wariner y Johnson, ni es el ojo derecho de Johnson como Wariner, ni, sobre todo, tiene como representante al propio Michael Johnson, como sí lo es de Jeremy Wariner. Usain es un heterodoxo, va por libre y tiene tanto talento que, quizá, sólo él puede ser tan grande como para devorar de una tacada a los dos grandes señores de la velocidad de los últimos 25 años: ‘El Hijo del Viento’ y ‘El Chico de las Zapatillas Doradas”.
Fuente: marca.com
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