Yelena Soboleva
A.delmás
El llamado Caso Balco de Rusia, la suspensión provisional por parte de la Federación Internacional de Atletismo, IAAF, de siete de las mejores atletas rusas (fondistas y lanzadoras), se ha redimensionado. Las atletas han sido acusadas de hacer trampa con sus muestras antidopaje, confirmadas por el análisis del ADN de la orina, a través de una serie de controles que empezaron en la primavera de 2007. Mientras, el Comité Olímpico Rumano ha confirmado el positivo por EPO de dos de las mejores fondistas rumanas, Cristina Vasiloiu y Elena Antoci.
Portavoces de federaciones como las de EE UU, Gran Bretaña y Canadá ya han manifestado sus quejas sobre el asunto puntual de que las siete rusas acusadas de trampas pudieran seguir compitiendo y logrando triunfos, cuando las primeras sospechas sobre ellas ya estaban confirmadas "al 90%" entre la primavera de 2007 y el Mundial de atletismo de Osaka, en agosto de 2007.
En la lista de suspendidas (Soldoleva, Pischalnikova, Khanafeyeva, Tomashova, Fomenko, Cherkasova y Yegorova) figura un ramillete de candidatas al podio. Soboleva, Tomashova y Yegorova son campeonas mundiales en diferentes distancias de fondo. "Todas aspiraban al podio en Pekín, incluido el oro, y nadie se explica por qué esta decisión llega precisamente ahora, a una semana de los Juegos Olímpicos", afirma Valentin Balakhnitchev, presidente de la Federación Rusa de Atletismo. Un portavoz de la IAAF confirma: "Se han dado a conocer los resultados cuando los análisis han sido confirmados sin dejar lugar a dudas, pero esto tomaba su tiempo".
"Creemos que esta cuestión debería haberse discutido hace bastantes meses, pero llegaremos al fondo de la verdad", promete Nikolai Durmanov, responsable del Departamento Antidopaje en el Goskomsport, Comité Olímpico Ruso. Por otra parte, el ministro ruso de Deportes aseguró que no apelarán hasta después de la cita olímpica.
Fuente: as.com
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