Chema Martínez
Casi con un mes de antelación, Chema Martínez ha aterrizado en China y ya prepara por la calles de Pekín la gran traca final de las pruebas del atletismo olímpico: los 42,195 km que se recorren en el maratón.
¿Cómo ha encontrado las condiciones?
Siento que estoy en una ciudad rarísima. No se sabe bien qué estación es en la que estamos. Puede ser otoño, pero tampoco está claro. Ahora mismo, recién llegado a la Villa Olímpica, estoy cansado. Pero creo que hemos acertado al venir tan pronto. Hago lo que tenía que hacer. (Alessandra Aguilar, otra corredora de maratón, también ha llegado a Pekín en el primer charter de atletas, y acompañará en los rodajes y la aclimatación a Chema Martínez).
¿En qué pueden afectar estas condiciones tan adversas a una carrera tan peculiar y extenuante?
Sin ninguna duda, las condiciones pasarán factura. Por eso me vengo un mes antes, para evitar llevarme un palo como el que sufrí en Osaka. Estas condiciones de extrema humedad, calor y bochorno tienden a empeorar cuando se lleva más de media hora corriendo en una prueba como esta, porque empiezas a sudar desaforadamente. La lluvia, provocada o no, lo pondría aún peor. No se le puede encontrar casi nada positivo, pero es cuestión de tomarle el puntito, y para eso estamos aquí, casi un mes antes de la prueba.
¿Con qué expectativas se planta en los Juegos?
Con las máximas, listo para hacer la carrera de mi vida. Para competir de muerte. De lo contrario, no merece la pena venir.
Y los grandes rivales...
Espero que exista la sorpresa de algún asiático con los que en principio no se cuenta como máximos favoritos, como los japoneses, a los que supongo acostumbrados a este tipo de condiciones y eso será una ventaja para ellos. Y, como de costumbre, se espera que los tres de Kenia tengan un nivel superior. Habrá que luchar mucho para seguirles el paso, pero la idea es dar la sorpresa.
Fuente: as.com
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