Svetlana Feofanova
A poco más de cuatro semanas para que los Juegos Olímpicos de Pekín tomen carta de naturaleza, Marta Domínguez se sometió a un duro test ayer en la reunión internacional de Madrid, prueba del Gran Prix de la Federación Internacional.
La palentina disputará en el estadio olímpico chhino los 3.000 metros obstáculos, pero ayer se inclinó por disputar el medio fondo. La planficación de la campeona de Europa de a campo través está muy meditada. Marta es de las que no da puntada sin hilo, y ayer quedó claro que buscaba coger ritmo de competición. Lo del puesto era secundario. Y a fe que lo logró. Se encontró con una carrera de ritmo, fuerte, exigente. Y, como siempre, dio la talla y plantó la batalla que las circunstancias exigían. Pero lo que es claro es que el 1.500 no es su distancia. Se le queda corta, muy corta. Tanto que dio la impresión de que casi ni rompía a sudar. El tiempo final, 4.07.77, prueba que ya ha adaptado su forma de correr y de llevar el ritmo de carrera a los tres kilómetros. El cambio de distancia por el que ha optado es un riesgo, pero con la inteligencia que siempre muestra la de Palencia las posibilidades de éxito, a tenor de los observado ayer sobre el tartán de Moratalaz, son mayores de lo que parece.
Juan Carlos Higuero continúa con su preparación para Pekín. Por eso no hay que dar importancia excesiva a su discreta actuación ayer. El de Aranda no quiere desgastarse en pruebas duras -su espíritu competitivo y ambicioso le impide correr una carrera sin disputarla si se ve con opciones-, y por eso lo que busca es mantenr la tensión y el ritmo de competición. Y por eso compitió en los 800, una prueba que indudablemente se le queda muy corta, ya que no puede sacar todo el jugo a su espectacular final.
El que sigue sin encontrar el sitio es Manolo Martínez. El leonés es todo corazón, pundonor, trabajo. Pero está lejos del lanzador que logró ser campeón del mundo bajo techo. Moratalaz comprobó ayer como la bola que impulsaba el discípulo de Burón ni siquiera llegaba a los 20 metros. Y con menos de esa distancia es imposible aspirar a hacer algo en el concierto internacional. El que sí decepcionó fue Francis Obikwelu. El nigeriano nacionalziado portugués, subcamepón olímpico, paró el cronómetro en los 100 metros en 10.08. Le superó por cinco centésimas el antillano Churandy Martina. Una prueba de que el simpático de Francis no vive precisamente su mejor momento. Pero como él dice, de lo que se trata es de estar bien el día que se corra la final olímpica; lo que pase antes es circusntancial.
Y en pértiga, la rusa Feofanova, plusmarquista mundial, se elevó hasta los 4,75.
Fuente: nortecastilla.es
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Esta mujer llegará alto, nunca mejor dicho
ResponderEliminarParece que este año vuelve a estar en forma.
ResponderEliminarsaludos