Casey Stoner
Si alguien había descartado a Casey Stoner de cara a la lucha por el título mundial de MotoGP, aún está a tiempo de rectificar. La victoria que el piloto australiano logró hace dos semanas en el circuito de Donington Park podía tratarse de un resultado aislado. La que se apuntó ayer en el trazado de Assen, la segunda consecutiva de las tres que suma esta temporada, confirma que no es en absoluto circunstancial.
Por más matices que esconda el Gran Premio de Holanda, el discurso que empleó el vigente campeón fue tan contundente que relativizó cualquier otra circunstancia. La segunda posición que defendió Dani Pedrosa le sirvió al español para recuperar la batuta del campeonato gracias, en gran medida, a que Valentino Rossi cometió un error de parvulario en una maniobra agresiva y atolondrada.
El piloto italiano se fue al suelo en la segunda curva, solo, y mientras circulaba embotellado entre el tráfico tratando de remontar posiciones tras haber arrancado de forma calamitosa. Sin embargo, el fin de semana que completó el australiano reclama toda la atención: pole position, carrera y vuelta rápida (la cinco) para él, una fotocopia de lo que ocurrió en Donington. Estos argumentos y los once segundos de ventaja que le sacó a Pedrosa, son suficientemente categóricos como para asegurar que el motorista de Ducati se ha reenganchado a la pelea por la corona justo cuando el campeonato atraviesa su ecuador. Con la inercia que lleva Stoner subido a una flecha pintada de rojo, la segunda mitad del curso perfila un cerrado duelo entre él, Rossi y Pedrosa; un trío de lo más heterogéneo que comparte un extraordinario sentido de la competitividad.
Como ocurrió tantas veces la temporada pasada, Stoner está consiguiendo hazañas excepcionales. Tras ofrecerles a Ducati y a Bridgestone el primer título mundial de sus respectivas historias, ahora se aplica en otras cuestiones no menos reveladoras. Hasta ayer, ninguna moto calzada con neumáticos Bridgestone había ganado en Assen, una pista que en los últimos 16 años asistía a la dictadura de los pilotos Michelin.
De la carrera, destacar que duró una vuelta. Al primer paso por meta, Rossi trataba de incorporar su moto tendida en el suelo, mientras que Stoner ya volaba primero tras sacarse de la manga un delicioso adelantamiento a Pedrosa, al que abrasó en la frenada que precede a la chicane que preside La Catedral. En ese mismo punto y en la última vuelta se produjo un golpe de teatro. Nicky Hayden, que rodaba en la tercera posición, vio cómo su Honda se quedaba sin gasolina y no pudo evitar ser superado por Collin Edwards a sólo diez metros de la línea de meta.
La próxima cita del Mundial, dentro de dos semanas, es en el circuito alemán de Sachsenring, en el que ninguna moto calzada con neumáticos Bridgestone ha sido capaz de ganar. El desafío de Stoner, ahora, es romper ese dato y lograr su tercer triunfo consecutivo esta temporada.
Fuente: el país.com
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puto
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