Justin Gatlin
Justin Gatlin, dopado confeso y campeón olímpico y mundial de los 100 metros, tiene seis días para olvidarse de sus experimentos en el fútbol americano y del dinero de Pros vs. Joes, el programa de televisión que enfrenta a deportistas de élite con ciudadanos de a pie: Gatlin, que aún debe cumplir dos de sus cuatro años de sanción por dopaje, podrá participar en las pruebas de selección (trials) del equipo olímpico estadounidense, que arrancan el día 27. Lo ha ordenado un juez federal, que ha levantado "temporalmente" la prohibición de que compita mientras decide si Gatlin está siendo discriminado porque su castigo de 2006 -testosterona- fue endurecido en función de un primer positivo, ocurrido en 2001 y resultado del consumo de un medicamento contra el déficit de atención. A Gatlin, dice su abogado, no se le puede castigar por reincidente cuando su primer positivo se deriva de una minusvalía.
Hubo un tiempo en el que Gatlin fue un héroe. Campeón mundial de los 200 metros y plusmarquista de los 100 junto a Asafa Powell (9,77s por entonces), el chico arrollaba sin ocultar sus dificultades intelectuales: padece, según dice, un trastorno de déficit de atención. Gatlin dio positivo en 2001 por Adderol -medicamento contra su desorden, por lo que la sanción fue levantada tras una apelación- y ahora demanda a la federación internacional, a la agencia antidopaje estadounidense y a la federación y al comité olímpico de su país "por discriminación en el ámbito laboral contra minusválidos".
"La sustancia encontrada en el cuerpo del demandante", dice el juez, "es apropiada para tratar la enfermedad que tiene diagnosticada y es indiscutible que siguió el protocolo establecido en su momento para organizar las tomas del medicamento".
Ahora, mientras Trevor Graham, su técnico, afronta su propio juicio para esclarecer su implicación en el escándalo Balco, la trama de dopaje que infectó el atletismo estadounidense, Gatlin podrá buscar su sitio en las pruebas de velocidad de Pekín. Luego, el juez decidirá sobre su demanda. Si le da la razón y reduce su pena tanto como para que vaya a los Juegos de Pekín, a partir del ocho de agosto, Gatlin habrá ganado en la justicia civil lo que le ha negado la deportiva.
Fuente: el país.com
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