Marta Domínguez
Marta Domínguez ha cambiado la pista lisa por los 3.000 obstáculos y su único objetivo ahora es lograr la primera medalla olímpica de su carrera deportiva. La atleta palentina debutará en esta prueba el viernes en Huelva, y pretende que su primera carrera en esta disciplina le sirva para parar el cronómetro por debajo de 9 minutos 46 segundos y 5 centésimas y lograr de esta manera la marca mínima para participar en los Juegos Olímpicos.
-¿Por qué se ha decantado por los 3.000 obstáculos para preparar la Olimpiada?
-Por seguir motivada. Llevo muchos años entrenando y a lo largo de este tiempo he pasado por muchas disciplinas. He competido en 1.500, 3.000, 5.000, 10.000 y cros, pero necesitaba nuevos retos. Preparar el 10.000 en verano se me hace muy largo, siempre he dicho que no quiero encasillar mi carrera deportiva en el 5.000 y quiero buscar otras motivaciones para no estar pendiente de mejorar marcas con respecto a otros años.
-Su especialidad siempre ha sido el 5.000. ¿Qué tal se lleva con la ría y con los obstáculos?
-El 3.000 obstáculos es una prueba que puede parecer menos dura que el 5.000 por la distancia, pero me he dado cuenta de que es mucho más difícil de lo que pensaba. Son cinco saltos por vuelta y la carrera se hace muy cuesta arriba, pero creo que entrenar es la única de manera de mejorar y hasta que no me vea compitiendo, no sabre cómo es realmente esta prueba.
-¿Hay que tener un punto extra de fuerza para afrontar todos esos saltos?
-Un corredor de fondo tiene que tener todas las cualidades. Lógicamente, lo primero que tiene que tener es resistencia, pero también tiene que tener su punto de velocidad y de fuerza. La fuerza es lo que diferencia a esta prueba del resto de carreras de fondo. Si bajas el ritmo en una competición lisa, no se nota, pero si bajas el ritmo antes de saltar un obstáculo, te lo vas a acabar comiendo.
-Así que ha pasado más por el gimnasio en los últimos días
-No, lo mismo. Lo de decidirme por correr los obstáculos no viene pensado de un día ni de dos, es algo que tenía en mente desde hace mucho tiempo. Esta prueba ha sido mundialista hace dos años y ahora va a ser olímpica por primera vez para las mujeres. Desde muy pequeña me ha gustado esta prueba, pero cuando he querido dar el salto he destacado en otra prueba y no he encontrado nunca el momento. Creo que este año estoy preparada físicamente y mentalmente. Siempre he trabajado en el gimnasio y en la pista y creo que la adaptación a los obstáculos puede ser más sencilla de lo que esperaba. No es una prueba nueva para mí.
-Lleva tres semanas de preparación específica. ¿Tendrá tiempo para adaptarse a la prueba antes de llegar a los juegos?
-Adaptarse al 100% es imposible. Encontrarme cómoda en la distancia del 5.000 me costó tres o cuatro años y esta prueba no va a ser menos. Faltan dos meses para los Juegos y no tengo más remedio que afrontar la carrera tal y como esté. Espero que la preparación que llevo hasta ahora sea suficiente para hacer un buen papel en Pekín.
-¿Las marcas que ha logrado en las pruebas lisas como el 3.000 o el 5.000 le hacen ser favorita para lograr el oro en los obstáculos de la Olimpiada?
-No. El liso y el obstáculo no tienen nada que ver. La gente puede pensar que me he decantado por el obstáculo porque hay menos rivalidad, pero a los Juegos Olímpicos van los mejores del mundo y estoy segura de que lo voy a tener muy difícil para lograr una medalla. La prueba aún está muy verde y se han batido récords del mundo muy rápidamente, pero la marca de 9.02 se ha mantenido durante cuatro años y el tope está cerca. También podía haberme pasado al salto de altura porque no hay negras, pero al final me he decantado por el 3.000 obstáculos y puedo asegurar que no ha sido porque crea que voy a tener menos rivales. Cuando una prueba se desarrolla en el calendario olímpico es porque todo el mundo va bien preparado.
-La hegemonía africana aún no ha llegado al 3.000 obstáculos. ¿Las rusas serán las rivales a batir?
-Las rusas están las tres primeras en el ranking mundial, pero las rivales a batir son todas. No debemos ningunear a las africanas porque esta prueba es muy joven y puede haber muchas sorpresas.
-En invierno fue campeona de Europa de cros. ¿La preparación para el Europeo ha marcado su decisión de optar por los obstáculos?
-Sí. Fue la gota que colmó el vaso, aunque los obstáculos que salté en Toro no tienen nada que ver con los que me va a tocar saltar ahora. En el Europeo eran bajitos y los salté como pude, pero ahora voy a tener que utilizar la técnica para superarlos.
-Los obstáculos que se va a encontrar en Pekín están situados a 0,76 metros. ¿Qué tal le viene esa altura?
-Para lo que yo mido me vienen bien. Quizá el obstáculo de hombre hubiera sido excesivo para mí y no hubiera podido correr, pero esta altura me viene perfecta para gastar poca energía.
-Lo único que le queda por ganar es una medalla olímpica. ¿Qué daría por verse en el podio en Pekín?
-Aún me quedan muchas cosas por ganar. Ya estoy dando toda mi vida a este deporte desde que tenía 9 años y creo que no puedo dar más. Si gano la medalla, seré la mujer más feliz del mundo, pero si no la consigo, no pasará nada.
-¿Qué opinan sus liebres de su decisión de correr los 3.000 obstáculos en Pekín?
-Ellos me han animado a que valorara esa posibilidad, pero cuando se lo he dicho les ha sorprendido como a todo el mundo. Le sorprendió a mi entrenador, a mi representante y supongo que a la afición, pero sé que todos me van a apoyar.
-¿La decisión es exclusivamente suya?
-La decisión final es mía. Por mucho que me diga mi entrenador que me ve mejor en una prueba o en otra, la que va a correr soy yo. Me operé hace cuatro años de un tendón que ahora va a sufrir mucho en la ría. Ese pie es mío y míos también son los dolores. Me juego mi cuerpo y mi salud, por eso creo que tengo que ser yo la que decida.
-Usted fue campeona escolar de 80 metros vallas. ¿Estaba predestinada a acabar pegando saltos?
-Cuando eres una niña, lo importante es hacer de todo para encontrar tu especialidad. Yo no estaba predestinada a pegar saltos, quería ser atleta y no me he dedicado sólo a correr desde que empecé en el mundo del atletismo. Los corredores estamos preparados para hacer cualquier disciplina, mejor o peor, pero estamos preparados.
-En qué se diferencia la preparación para los obstáculos de la preparación para el 5.000?
-La esencia es la misma. Los primeros meses han sido muy similares, pero ahora con el trabajo específico, es cuando llegan las diferencias. Las series tienen que estar encaminadas a la dureza de los obstáculos. En los entrenamientos invernales hemos incluido mucho trabajo de pies y de movilidad de cadera. Hay que retocar sólo los pequeños detalles.
-El próximo viernes correrá en Huelva su primer 3.000 obstáculos. ¿Qué aspiraciones tiene puestas en esta primera toma de contacto?
-Lo primero hacer la mínima, que está en 9.46.05. No me importaría hacer la mínima justa porque no quiero batir ningún récord de momento. Tengo muchas cosas que comprobar en esa carrera. Si todo va bien, seguiré, pero si las cosas no salen como las tengo previstas, quizá tenga que hacer un cambio de última hora.
-Así que no descarta la posibilidad de que le toque recular...
-Nunca se sabe. Espero que todo salga bien porque soy una persona que tengo muy claras las cosas y a la que no le gustan los cambios de última hora.
-¿Qué le ha dicho el presidente de la Federación, José María Odriozola, de su decisión?
-La verdad es que nada. No he hablado con él de momento. Sólo he hablado con la Federación. La lista definitiva no sale hasta una semana antes de los juegos y creo que es aún muy pronto para hablar con Odriozola porque no tengo ni la mínima.
-¿Cabe la posibilidad de que pueda correr otra prueba en los juegos a parte del 3.000 obstáculos?
De momento, no. No tengo ninguna mínima y no me puedo apuntar a ninguna prueba. Si yo corriera un 5.000 ahora e hiciera la mínima podría pensar en esa posibilidad, pero ahora sólo pienso en los obstáculos.
-¿Qué le parece el nido de pájaro que han montado en Pekín para hacer de estadio olímpico?
-Los chinos no dejan de sorprendernos. Cada cuatro años se intenta que los Juegos Olímpicos sean los mejores de la historia y el estadio olímpico siempre es un referente.
Fuente: norte castilla.es
FUENTE:
-¿Por qué se ha decantado por los 3.000 obstáculos para preparar la Olimpiada?
-Por seguir motivada. Llevo muchos años entrenando y a lo largo de este tiempo he pasado por muchas disciplinas. He competido en 1.500, 3.000, 5.000, 10.000 y cros, pero necesitaba nuevos retos. Preparar el 10.000 en verano se me hace muy largo, siempre he dicho que no quiero encasillar mi carrera deportiva en el 5.000 y quiero buscar otras motivaciones para no estar pendiente de mejorar marcas con respecto a otros años.
-Su especialidad siempre ha sido el 5.000. ¿Qué tal se lleva con la ría y con los obstáculos?
-El 3.000 obstáculos es una prueba que puede parecer menos dura que el 5.000 por la distancia, pero me he dado cuenta de que es mucho más difícil de lo que pensaba. Son cinco saltos por vuelta y la carrera se hace muy cuesta arriba, pero creo que entrenar es la única de manera de mejorar y hasta que no me vea compitiendo, no sabre cómo es realmente esta prueba.
-¿Hay que tener un punto extra de fuerza para afrontar todos esos saltos?
-Un corredor de fondo tiene que tener todas las cualidades. Lógicamente, lo primero que tiene que tener es resistencia, pero también tiene que tener su punto de velocidad y de fuerza. La fuerza es lo que diferencia a esta prueba del resto de carreras de fondo. Si bajas el ritmo en una competición lisa, no se nota, pero si bajas el ritmo antes de saltar un obstáculo, te lo vas a acabar comiendo.
-Así que ha pasado más por el gimnasio en los últimos días
-No, lo mismo. Lo de decidirme por correr los obstáculos no viene pensado de un día ni de dos, es algo que tenía en mente desde hace mucho tiempo. Esta prueba ha sido mundialista hace dos años y ahora va a ser olímpica por primera vez para las mujeres. Desde muy pequeña me ha gustado esta prueba, pero cuando he querido dar el salto he destacado en otra prueba y no he encontrado nunca el momento. Creo que este año estoy preparada físicamente y mentalmente. Siempre he trabajado en el gimnasio y en la pista y creo que la adaptación a los obstáculos puede ser más sencilla de lo que esperaba. No es una prueba nueva para mí.
-Lleva tres semanas de preparación específica. ¿Tendrá tiempo para adaptarse a la prueba antes de llegar a los juegos?
-Adaptarse al 100% es imposible. Encontrarme cómoda en la distancia del 5.000 me costó tres o cuatro años y esta prueba no va a ser menos. Faltan dos meses para los Juegos y no tengo más remedio que afrontar la carrera tal y como esté. Espero que la preparación que llevo hasta ahora sea suficiente para hacer un buen papel en Pekín.
-¿Las marcas que ha logrado en las pruebas lisas como el 3.000 o el 5.000 le hacen ser favorita para lograr el oro en los obstáculos de la Olimpiada?
-No. El liso y el obstáculo no tienen nada que ver. La gente puede pensar que me he decantado por el obstáculo porque hay menos rivalidad, pero a los Juegos Olímpicos van los mejores del mundo y estoy segura de que lo voy a tener muy difícil para lograr una medalla. La prueba aún está muy verde y se han batido récords del mundo muy rápidamente, pero la marca de 9.02 se ha mantenido durante cuatro años y el tope está cerca. También podía haberme pasado al salto de altura porque no hay negras, pero al final me he decantado por el 3.000 obstáculos y puedo asegurar que no ha sido porque crea que voy a tener menos rivales. Cuando una prueba se desarrolla en el calendario olímpico es porque todo el mundo va bien preparado.
-La hegemonía africana aún no ha llegado al 3.000 obstáculos. ¿Las rusas serán las rivales a batir?
-Las rusas están las tres primeras en el ranking mundial, pero las rivales a batir son todas. No debemos ningunear a las africanas porque esta prueba es muy joven y puede haber muchas sorpresas.
-En invierno fue campeona de Europa de cros. ¿La preparación para el Europeo ha marcado su decisión de optar por los obstáculos?
-Sí. Fue la gota que colmó el vaso, aunque los obstáculos que salté en Toro no tienen nada que ver con los que me va a tocar saltar ahora. En el Europeo eran bajitos y los salté como pude, pero ahora voy a tener que utilizar la técnica para superarlos.
-Los obstáculos que se va a encontrar en Pekín están situados a 0,76 metros. ¿Qué tal le viene esa altura?
-Para lo que yo mido me vienen bien. Quizá el obstáculo de hombre hubiera sido excesivo para mí y no hubiera podido correr, pero esta altura me viene perfecta para gastar poca energía.
-Lo único que le queda por ganar es una medalla olímpica. ¿Qué daría por verse en el podio en Pekín?
-Aún me quedan muchas cosas por ganar. Ya estoy dando toda mi vida a este deporte desde que tenía 9 años y creo que no puedo dar más. Si gano la medalla, seré la mujer más feliz del mundo, pero si no la consigo, no pasará nada.
-¿Qué opinan sus liebres de su decisión de correr los 3.000 obstáculos en Pekín?
-Ellos me han animado a que valorara esa posibilidad, pero cuando se lo he dicho les ha sorprendido como a todo el mundo. Le sorprendió a mi entrenador, a mi representante y supongo que a la afición, pero sé que todos me van a apoyar.
-¿La decisión es exclusivamente suya?
-La decisión final es mía. Por mucho que me diga mi entrenador que me ve mejor en una prueba o en otra, la que va a correr soy yo. Me operé hace cuatro años de un tendón que ahora va a sufrir mucho en la ría. Ese pie es mío y míos también son los dolores. Me juego mi cuerpo y mi salud, por eso creo que tengo que ser yo la que decida.
-Usted fue campeona escolar de 80 metros vallas. ¿Estaba predestinada a acabar pegando saltos?
-Cuando eres una niña, lo importante es hacer de todo para encontrar tu especialidad. Yo no estaba predestinada a pegar saltos, quería ser atleta y no me he dedicado sólo a correr desde que empecé en el mundo del atletismo. Los corredores estamos preparados para hacer cualquier disciplina, mejor o peor, pero estamos preparados.
-En qué se diferencia la preparación para los obstáculos de la preparación para el 5.000?
-La esencia es la misma. Los primeros meses han sido muy similares, pero ahora con el trabajo específico, es cuando llegan las diferencias. Las series tienen que estar encaminadas a la dureza de los obstáculos. En los entrenamientos invernales hemos incluido mucho trabajo de pies y de movilidad de cadera. Hay que retocar sólo los pequeños detalles.
-El próximo viernes correrá en Huelva su primer 3.000 obstáculos. ¿Qué aspiraciones tiene puestas en esta primera toma de contacto?
-Lo primero hacer la mínima, que está en 9.46.05. No me importaría hacer la mínima justa porque no quiero batir ningún récord de momento. Tengo muchas cosas que comprobar en esa carrera. Si todo va bien, seguiré, pero si las cosas no salen como las tengo previstas, quizá tenga que hacer un cambio de última hora.
-Así que no descarta la posibilidad de que le toque recular...
-Nunca se sabe. Espero que todo salga bien porque soy una persona que tengo muy claras las cosas y a la que no le gustan los cambios de última hora.
-¿Qué le ha dicho el presidente de la Federación, José María Odriozola, de su decisión?
-La verdad es que nada. No he hablado con él de momento. Sólo he hablado con la Federación. La lista definitiva no sale hasta una semana antes de los juegos y creo que es aún muy pronto para hablar con Odriozola porque no tengo ni la mínima.
-¿Cabe la posibilidad de que pueda correr otra prueba en los juegos a parte del 3.000 obstáculos?
De momento, no. No tengo ninguna mínima y no me puedo apuntar a ninguna prueba. Si yo corriera un 5.000 ahora e hiciera la mínima podría pensar en esa posibilidad, pero ahora sólo pienso en los obstáculos.
-¿Qué le parece el nido de pájaro que han montado en Pekín para hacer de estadio olímpico?
-Los chinos no dejan de sorprendernos. Cada cuatro años se intenta que los Juegos Olímpicos sean los mejores de la historia y el estadio olímpico siempre es un referente.
Fuente: norte castilla.es
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