Usain Bolt cruzó por línea de meta como una exhalación, con más de 1,5 metros de ventaja sobre su más directo perseguidor.
Por su cabeza sólo pasaban los 200 metros y, a más largo plazo, los 400 pero por su vida se han cruzado los 100.
Jamaica no sólo son las playas paradisíacas, ni los hoteles de lujo para los ‘guiris’ tostados por el sol –vuelta y vuelta–, ni la tradición Reggae que instauró el legendario Bob Marley, con sus porros, el ron, la música... Una filosofía de vida, en fin. Jamaica es, por encima de todo, la velocidad –que no el atletismo en términos globales–, porque correr significa salir huyendo de la isla, es decir, de la pobreza, de las penurias... De la miseria, en una palabra. La inmensa mayoría de sus habitantes quieren ‘dar el salto’ y emigrar a los Estados Unidos. Persiguen el ‘dorado’. Las carreras de velocidad han sido la válvula de escape de un país que ha ganado 38 de sus 42 medallas olímpicas en pruebas de sprint, la primera en 1948.
Asafa Powell, hasta el momento, ha resistido la tentación aunque su vida ha sufrido un inesperado giro. Hasta el pasado sábado era el sumo sacerdote de los 100 metros pero un intruso, el joven y desgarbado Usain Bolt –jamaicano como él, para más señas– asomó con inusitada fuerza en Nueva York y le apartó a empellones del púlpito para situarse al frente del ranking mundial de todos los tiempos con una marca estratosférica de 9.72 segundos. Sólo necesitó cinco carreras para ‘robarle la cartera’. La cuestión es, ¿qué sucederá a partir de ahora? ¿Cual será la reacción de sus más directos rivales, es decir, del propio Powell y del estadounidense Tyson Gay?.
En los circuitos atléticos se decía que Tyson Gay era el mejor velocista del mundo y Asafa Powell, el más veloz. El primero se proclamó campeón del mundo de 100, 200 y 4x100 metros en Osaka mientras que el antillano se desinfló y sólo pudo ser tercero en 100 metros, aunque se resarció pocas semanas después en un pequeño meeting italiano (Rieti) tras batir el récord mundial (9.74).
Bolt rompe moldes en todos los sentidos. Primero, por su enorme envergadura (1,96 metros de estatura), después, por su edad (21 años)... Parecía predestinado para los 200 metros sin perder de vista los 400 metros. Glenn Mills, su entrenador, no quería saber nada de los 100 metros. Tras la marca registrada en Nueva York ya no hay marcha atrás. ¿Cómo va a renunciar a defender su récord del mundo en los Juegos de Pekín?, ¿cómo eludir los contratos millonarios que recibirá de ahora en adelante?
Los cerca de 7.000 aficionados jamaicanos que el pasado sábado acudieron el pequeño recinto deportivo de Randall –entre Manhattan y Queens– dejaron sin habla a los poco más de 3.000 locales. Bolt es a Jamaica lo que Maradona a Argentina. Un ídolo de masas. Ya lo era a la edad de 16 años, cuando corrió los 200 metros en un tiempo de 20.13. Con 17 franqueó la barrera de los 20 segundos para ‘aterrizar’ en 19.93. Nunca un atleta juvenil había corrido tan rápido. Y lo mejor está por llegar. De Bolt se dice que es desgarbado y algo ramplón; su técnica no es demasiado buena y no sabe correr pero los expertos se quedan atónitos cuando le ven avanzar a 2,60 metros por paso, lo que le permite tragarse los 100 metros en 42 zancadas.
Tyson Gay, segundo clasificado en Nueva York con un buen registro de 9.85 aseguró: “veo que aún me queda mucho trabajo por hacer antes de viajar a Pekín”. Le felicitó: “porque lo que acaba de conseguir es bueno para el atletismo” mientras que el clan de Asafa Powell trata de mantener una aparente calma. Nada más que eso, porque saben que un nuevo ciclón asola Jamaica.
Fuente: sport.es
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422. En el que fue santuario del gran Jesse Owens. El 11 de julio de 1936, el Icahn Stadium donde Bolt ha volado se llamaba Municipal Stadium.
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