424. Javier Gómez Noya: un triatleta todo corazón que aspira al oro en Pekín. Lamenta el poco espacio mediático que tiene el triatlón en España.

Javier Gómez Noya

MADRID (Reuters) - No se trata de Rafa Nadal ni de Pau Gasol, pero es una de las firmes esperanzas de medalla de España en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Javier Gómez Noya, un triatleta de 25 años, va a disputar sus primeros Juegos con toda la ilusión tras haber superado seis años de problemas con las autoridades deportivas españolas, que le privaron de la licencia para competir por una anomalía cardíaca.

En un deporte que comienza con un kilómetro y medio de natación seguido de 40 kilómetros en bicicleta y que culmina con una carrera de 10 kilómetros, Gómez Noya prácticamente no se ha bajado del podio en todas las pruebas internacionales desde hace dos años.

"Espero no pecar de novato y hacer las cosas bien, pero estoy muy motivado y creo que esa presión que puedas tener, a mí se me traduce en algo positivo", declaró en una entrevista reciente con Reuters en Madrid.

Al mismo tiempo, quiso quitar importancia a las exigencias de medalla.

"Quien cuente con una medalla en triatlón se equivoca, sabe poco de deporte", aclaró. "En una carrera cada cuatro años puede pasar de todo, y más en una competición tan táctica como el triatlón, donde no siempre gana el más fuerte".

Gómez Noya nació en la ciudad suiza de Basilea en 1983 de padres emigrantes que regresaron a Galicia a los pocos meses de su nacimiento. Tras practicar primero fútbol y luego natación, acabó de casualidad en el triatlón, un deporte poco conocido en España.

"A los 15 años, unos compañeros estaban preparando un triatlón en el club de natación, y me dijeron que por qué no me apuntaba. Yo no sabía muy bien de qué iba el tema ni en qué consistía, me apunté un poco por probar, y la verdad es que me llamó la atención, tanto el deporte en sí como el ambiente que había", explicó.

Sus resultados fueron impresionantes desde el principio, pero en 2000 los servicios médicos del Consejo Superior de Deportes (CSD) le detectaron una anomalía cardíaca - "una válvula que era diferente a lo habitual", afirma - y le retiraron la licencia.

SEIS AÑOS SIN LICENCIA

Su lucha duró seis años. Él, convencido por sus cardiólogos de que su condición no es peligrosa, intentó seguir compitiendo con el apoyo de la federación gallega y en 2003 se proclamó campeón del mundo sub-23.

Finalmente, en febrero de 2006, el CSD y la Federación Española acaban cambiando de opinión.

"Sé qué gente me ha ayudado y qué gente no (...) Pero hoy en día se han solucionado los problemas y no tengo ninguna queja de la Federación ni del Consejo", afirmó. "Creo que es importante no darle más vueltas ni mirar para atrás".

Este admirador de otros deportistas que pasaron por problemas de salud, como el ciclista Lance Armstrong o el atleta Haile Gebrselassie, y que pasa por 2-3 controles médicos anuales, confiesa que vio el futuro "bastante negro".

Desde entonces, ha sido bicampeón de la Copa del Mundo - un circuito anual de 14 pruebas -, subcampeón del mundo y campeón de Europa en 2007, y ahora lidera la clasificación olímpica y la clasificación por puntos de la Federación Internacional.

POCA CULTURA DEPORTIVA

Gómez Noya lamentó el poco espacio mediático que tiene el triatlón en España.

"En este país (...) la cultura deportiva es bastante escasa y toda la prioridad la tiene el fútbol y otros deportes de ídolos que surgen en un momento, como puede ser la Fórmula Uno con Fernando Alonso, el tenis con Rafa Nadal".

"Se siguen ídolos, no deportes, y eso es bastante malo para los demás", se quejó. "En España hay gente muy buena, y no se les reconoce como debería".

Eso sí, quiso animar a los chavales hablando del "buen rollo y ambiente limpio" que hay en este deporte joven, que debutó en los Juegos hace solo ocho años y que apasiona en los países de las antípodas.

"Es cierto que es un deporte duro, pero creo que también está un poco mitificado. No es tan duro como el que corre maratón o el que hace ciclismo, que se pasa seis horas en la bici todos los días", sonrió.

/Por Teresa Larraz/

Fuente: swissinfo.ch

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