Entre fuertes medidas de seguridad -por si acaso- decenas de miles de chinos aclamaron el fuego olímpico al grito de "Vamos, China"
Entre fuertes medidas de seguridad -por si acaso- decenas de miles de chinos aclamaron el fuego olímpico al grito de "Vamos, China" y ataviados con la bandera nacional en la ciudad de Sanya, en la tropical provincia insular sureña de Hainan y sede del concurso de belleza Miss Mundo.
Precisamente la última coronada como más bella del orbe, la china Zhang Zilin, fue otra de las relevistas.
El honor de ser la primera, sin embargo, estuvo reservado a la patinadora de velocidad Yang Yang, primer oro chino en unos Juegos Olímpicos de invierno, concretamente en los de Salt Lake City 2002.
Doscientos ocho portadores llevaron la antorcha durante las casi diez horas que duró la maratoniana jornada para recorrer unos 30 kilómetros. La antorcha olímpica llega a Hainan tras estrenarse el viernes y el sábado en territorio chino, con su paso por las ex colonias de Hong Kong y Macao (devueltas a manos chinas por ingleses y portugueses en 1997 y 1999, respectivamente).
En ambas las manifestaciones son legales a diferencia del resto del país, en aras de la fórmula ideada por el fallecido líder Deng Xiaoping de "un país dos sistemas", lo que elevaba el riesgo de protestas, que finalmente fueron mínimas.
Tranquilidad
El recorrido por Sanya fue cuidadosamente escogido para mostrar lo que el relevo debería ser para Pekín: "un viaje de armonía" y, según explica el diario "South China Morning Post", la antorcha pasó por lugares señalados para las minorías étnicas locales.
Tras su caótico recorrido internacional, el "fuego sagrado" está ya en casa, donde el sentimiento de patriotismo ha sido exacerbado por las protestas mundiales contra el régimen comunista. La antorcha viajará por más de un centenar de localidades chinas y el mayor temor para los organizadores está ahora en su paso por dos regiones conflictivas: el Tíbet y la región noroccidental de Xinjiang, con aspiraciones ambas de independencia.
Entretanto, una réplica del fuego olímpico espera en el monte Everest a que las condiciones meteorológicas mejoren para poder iniciar el ascenso al techo del mundo, uno de los hitos con que Pekín espera recuperar la armonía que le ha faltado hasta ahora al así llamado "fuego sagrado".
(publicado en as.com)
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