Greenpeace denuncia que en 2004 salió chatarra radiactiva de la central de Garoña, en Burgos.
A punto de cumplirse un mes desde que la central nuclear de Ascó informó de una fuga radiactiva registrada en noviembre, la crisis sigue sin cerrarse. Tras la visita de expertos de la Comisión Europea, el Consejo de Seguridad Nuclear ha anunciado que, en los próximos días, analizará a otras 912 personas más, según informa la Cadena SER.
Hasta ahora, se han sometido a un control médico 1.500 trabajadores y visitantes -entre ellos, varios grupos de escolares-, sin que se hayan encontrado signos de contaminación.
Greenpeace ha denunciado la falta de diligencia del Consejo de Seguridad Nuclear. Según la organización ecologista, en 2004 se produjo una fuga radiactiva en la central de Garoña, situada en Burgos. Tras este fallo, el organismo ordenó que se instalaran pórticos de control en todas las plantas de España. Sin embargo, la dirección de Ascó no lo hizo.
(publicado en el pais.com)
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