María San Gil
Sólo unas horas después del choque descarnado con Mariano Rajoy en Vitoria, María San Gil se enfrentó a un auténtico vapuleo de reproches de la mayoría de los diputados del PP vasco -unos dos tercios-, a los que reunió en el Parlamento autonómico para explicarles su decisión. "Nunca había asistido a una reunión tan dura en toda la historia del partido. Ni siquiera en la época de la escisión que dio lugar a Unidad Alavesa", se sinceró uno de los presentes.
San Gil recibió estopa de casi todos -los únicos que no hablaron fueron Leopoldo Barreda, el portavoz, y Carmelo Barrio, que habían estado en el cónclave del día anterior- pero la más dura fue la veterana Juana Aranguren. También parlamentarios guipuzcoanos, en teoría más fieles a ella, como Borja Semper, la criticaron. Uno tras otro, los diputados le mostraron su "decepción" y su "desconcierto" por la forma en la que ha gestionado la crisis.
"Es una decisión personal, no os he informado previamente para no implicaros", les dijo San Gil a los 15 diputados, según relataron algunos de ellos, que permanecieron reunidos con la presidenta del PP vasco desde la una hasta las tres de la tarde.
Hubo momentos especialmente duros. "María, todos llevamos escolta", le dijo uno cuando ella sostuvo que en el PP hay quien quiere mantener los principios y quien los ha abandonado.
"Estamos desconcertados. Hace una semana no había nada que pudiera hacer sospechar algo así", comentaron varios de ellos. El partido, explican, estaba ya en los preliminares de la campaña electoral, encargando estudios de imagen para la candidata en previsión de un adelanto electoral. "No se explica esta reacción cuando no estamos ante un problema ideológico ni de supervivencia", sentenciaba otro.
Algunos señalan que algo cambió cuando, en el homenaje a Gregorio Ordóñez, el 5 de abril, acudió Jaime Mayor Oreja y se mostró muy crítico con Rajoy.
El lunes, el PP vasco tiene convocada una Junta Directiva. San Gil quiere llevar a esa cita la convocatoria del congreso en julio al que no se presentará si no recupera la confianza en Rajoy. Los alaveses, liderados por Alfonso Alonso, quieren evitar ese congreso y convencer a San Gil para que siga. Para lograrlo, Rajoy deberá antes reunirse a solas con ella y convencerla. Quedan tres días.
(publicado en el país.com)
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