Oscar Pistorius
En octubre de 1987, Henke y Sheila Pistorius tomaron una de las decisiones más duras de su vida. Dieron permiso para que los médicos amputasen la parte inferior de las piernas a su bebé de once meses que sufría una complicada enfermedad degenerativa.
Esto marcaría la vida de Oscar, que aprendió a vivir desde muy pequeño con dos prótesis en lugar de gemelos. Pero eso no fue impedimento para que el joven Pistorius pudiese hacer una vida normal en Pretoria (Suráfrica). Oscar, un chico rubio y guapo, salía con sus amigos, flirteaba con las chicas y practicaba todo tipo de deportes en la High School de Pretoria. Con sus cheetahs (fibras de carbono específicas para hacer deporte diseñadas en Islandia) hizo fútbol, tenis, rugby... hasta que una lesión le hizo decantarse por el atletismo.
Al poco tiempo, ya sorprendió a todos con sus estratosféricos tiempos y se ganó sorprendentemente el pase para los Juegos Paralímpicos de Atenas, donde ganó dos oros (200 y 400) y un bronce (100). Allí se ganó el apódo de Blade Runner (corredor laminado).
Tras los resultados de Atenas, Oscar se dedicó profesionalmente al atletismo y sus marcas mejoraron hasta llegar al nivel de la élite mundial no paralímpica.
Y así, el año pasado compitió en dos pruebas internacionales, Roma y Sheffield. Oscar soñaba con los Juegos de Pekín. Pero la IAAF dictaminó que corría con ventajas técnicas y le impidió competir.
El TAS dictaminó ayer que puede estar de igual a igual con los válidos y Oscar vivió "el día más feliz" de su vida.
Fuente: as.com
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Eso es un claro caso de superacion ante la adversidad, muchisima gente deberia de aprender.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que muchos deberíamos tomar nota y ver las dificultades que tiene la vida para algunos.
ResponderEliminarUn saludo
NO TE RINDAS NUNCA ... ¡¡¡JAMÁS!!!
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