Daniel Baremboim
Nada de métodos mafiosos, sino motivos personales. El director de orquesta Daniel Barenboim desmintió ayer en una nota de prensa que su renuncia a dirigir la ópera Don Giovanni se deba a las graves acusaciones vertidas por el director artístico de la berlinesa Staatsoper (Ópera Estatal), Peter Mussbach.
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El pasado lunes, Mussbach aprovechó su informe oral en el Senado -Parlamento regional- berlinés para afear a Barenboim una supuesta conspiración tramada por él junto al alcalde-gobernador y senador de Cultura de Berlín, Klaus Wowereit. Considera Mussbach que Wowereit y Barenboim, con quienes mantiene relaciones poco cordiales, convinieron en dejar expirar su contrato en 2010 sin ofrecerle una renovación. Según sus palabras, Barenboim trató en privado de convencerle para que su expulsión pareciera voluntaria. Dicho esto, Mussbach añadió: "Mafia. No diré más".
Aparte quizás de los egos que se les suponen a artistas de tan alta reputación y éxito, este melodrama esconde un trasfondo económico. La sede de la Staatsoper en la avenida berlinesa de Unter den Linden sufrirá una sustancial reconstrucción entre 2010 y 2013. Durante ese periodo, las obras se representarán en el teatro Schiller, sin uso regular desde 1993. Mussbach asegura que el alcalde socialdemócrata pretende "esquilmar" a la Staatsoper y hacer que corra con las pérdidas que se derivarán de la mudanza. Wowereit replicó que "no habrá más dinero".
La Staatsoper es la más célebre y reconocida de las tres compañías berlinesas, debido en buena parte al carisma y buen hacer de su director musical, Daniel Barenboim. Aprovechando este éxito, Barenboim ha incrementado su influencia dentro de la institución. No sería extraño que, tras el rifirrafe de esta semana, Mussbach deje su puesto antes de 2010. De forma voluntaria.
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Aparte quizás de los egos que se les suponen a artistas de tan alta reputación y éxito, este melodrama esconde un trasfondo económico. La sede de la Staatsoper en la avenida berlinesa de Unter den Linden sufrirá una sustancial reconstrucción entre 2010 y 2013. Durante ese periodo, las obras se representarán en el teatro Schiller, sin uso regular desde 1993. Mussbach asegura que el alcalde socialdemócrata pretende "esquilmar" a la Staatsoper y hacer que corra con las pérdidas que se derivarán de la mudanza. Wowereit replicó que "no habrá más dinero".
La Staatsoper es la más célebre y reconocida de las tres compañías berlinesas, debido en buena parte al carisma y buen hacer de su director musical, Daniel Barenboim. Aprovechando este éxito, Barenboim ha incrementado su influencia dentro de la institución. No sería extraño que, tras el rifirrafe de esta semana, Mussbach deje su puesto antes de 2010. De forma voluntaria.
(publicado en el pais.com)
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