Zersenay Tadesse
(publicado en marca.com)
Zersenay Tadesse, el hombre que el año pasado en Mombasa (Kenia) destronó a Kenenisa Bekele como campeón mundial de cross, sueña con un circuito cubierto de nieve y barro, el domingo en Edimburgo, para derrotar por segunda vez en su vida al pentacampeón etíope, al que se ha enfrentado en once ocasiones.
"Rezamos cada día para que haya nieve y barro, cuanto más mejor, para que sea un circuito de fuerza, porque eso le favorece a Zersenay", declaró Jerónimo Bravo, entrenador de toda la selección eritrea afincada en Madrid.
A sus 24 años, Tadesse tiene un amplio margen de progresión por su tardía incorporación al atletismo. Empezó a correr en 2002 y su entrenador le considera todavía, en cuanto a desgaste, un júnior.
"Va a salir a ganar", afirma su entrenador, "nada de esperar a ver qué pasa. Tiene que romper la carrera porque si llega al último kilómetro con Bekele sabe que perdería ocho de cada diez veces".
Bekele, cinco veces campeón mundial de cross largo, otras tantas de corto, tres de 10.000 metros y una campeón olímpico de esta última distancia, acudirá a Edimburgo con ánimo de venganza, tras la humillación que sufrió el año pasado en Kenia, donde, asfixiado por el ritmo de Tadesse, ni siquiera pudo acabar la carrera.
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"Rezamos cada día para que haya nieve y barro, cuanto más mejor, para que sea un circuito de fuerza, porque eso le favorece a Zersenay", declaró Jerónimo Bravo, entrenador de toda la selección eritrea afincada en Madrid.
A sus 24 años, Tadesse tiene un amplio margen de progresión por su tardía incorporación al atletismo. Empezó a correr en 2002 y su entrenador le considera todavía, en cuanto a desgaste, un júnior.
"Va a salir a ganar", afirma su entrenador, "nada de esperar a ver qué pasa. Tiene que romper la carrera porque si llega al último kilómetro con Bekele sabe que perdería ocho de cada diez veces".
Bekele, cinco veces campeón mundial de cross largo, otras tantas de corto, tres de 10.000 metros y una campeón olímpico de esta última distancia, acudirá a Edimburgo con ánimo de venganza, tras la humillación que sufrió el año pasado en Kenia, donde, asfixiado por el ritmo de Tadesse, ni siquiera pudo acabar la carrera.
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