A 133 días del inicio de los Juegos, soplan malos vientos para Pekín. La presión internacional se cierne sobre China, que, por el momento, no mueve pieza
(publicado por sport.es)Se puede hablar en serio o se puede hablar en broma. Se puede decir que Nicolas Sarkozy, presidente de la República francesa, estaría dispuesto a boicotear la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín 2008. Sería un gesto; nada más que de eso... Un tic forzado por la enorme presión que recibe el dirigente galo estos días a causa de su creciente perdida de popularidad. Pero no se lo crean cuando dice “todas las posibilidades están abiertas” refiriéndose, veladamente, a un posible boicot. No es verdad. Francia estará en Pekín porque, entre otras cosas, hace pocos meses firmó contratos comerciales con China por valor de 20.000 millones de euros. Vaya por delante que la Casa Blanca ya ha confirmado que George Bush, presidente de los Estados Unidos, sí estará en la ceremonia inaugural, lo mismo que las máximas autoridades de Alemania, Grecia, Italia, Australia, Japón... El Comité Olímpico Español (COE) también está por la labor de que los Juegos Olímpicos se desarrollen en un marco de máxima normalidad.
Cada cual juega sus cartas como si de una partida de póker se tratara. Sarkozy pretende sentar en una misma mesa al Dalai Lama y a los principales responsables del gobierno chino. Se quiere apuntar el tanto. Mientras tanto, Jacques Rogge, presidente en el CIO, ha optado por una “diplomacia silenciosa”. Lo cierto es que las trifulcas callejeras crecen y crecen hasta convertirse en un conflicto de carácter internacional. El paso de la antorcha olímpica promete convertirse en un ‘calvario’ para los organizadores. Mientras tanto, el Dalai Lama esgrime la prudencia y reivindica con una mano los derechos fundamentales del Tibet –que pasan necesariamente por la autodeterminación– mientras que con la otra solicita abiertamente que no se produzca el tan temido boicot entre otras cosas, porque de producirse los tibetanos tendrían mucho más a perder que a ganar.
Por otra parte, la comunidad tibetana en Suiza convocó una manifestación frente al Museo Olímpico (Lausana), en protesta por la fiesta que tendrá lugar mañana para honrar a la antorcha olímpica y que inaugurará una serie de actos relacionados con China. El Museo Olímpico ha programado una jornada de fiesta para celebrar el encendido de la antorcha con música, espectáculos, especialidades culinarias chinas y la presencia de los DJ más de moda en Pekín, según reza su publicidad. Ante la protesta tibetana, sus responsables estiman que se trata de un programa cultural planificado hace tiempo y que no hay ninguna razón para modificarlo.
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