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Carmen Valero propone un cambio tranquilo... pero necesario
Escrito por Carlos R. Galindo
Carmen Valero, dos veces campeona del mundo de campo a través (1976 y 1977) y primera española olímpica (Montreal 1976) admite “meterse en un embrollo”. Lo dice porque ha decidido presentar su candidatura a la presidencia de la Federación Catalana de Atletismo. “Creo que puedo aportar cosas; es mi deporte y lo amo”, explica.
Carmen Valero siempre ha mantenido algún tipo de vinculación con el atletismo: “aunque aprecio ciertas fisuras porque falla la base”. Para que la dejen trabajar con plenas garantías, pide un margen de ocho años: “Al menos, hasta 2016 –estima–. Será durillo, sobre todo, los dos primeros años... Es un reto que asumimos con responsabilidad. Es necesaria una renovación de gente. Sin traumas, sin acritud”. En su opinión: “siempre es un buen momento para aportar un granito de arena”.
Reconoce que “se han hecho cosas bien, pero aún se puede ir más lejos. Sabemos lo que hay que hacer”. Quiere arrastrar a los niños a las pistas de tartán “y también que este deporte entre en las escuelas. Es necesario saber que se puede jugar al atletismo. Y que puede ser divertido. Pero la única manera de lograrlo es con gente titulada que acceda a los colegios.
En nuestra propuesta, habrá un comité que se encargará de esa labor. También nos preocupa el tránsito de los atletas a la categoría sénior, que es donde se pierden la mayoría. En ese momento te planteas ‘¿sigo o no sigo?’. Y muchos arrojan la toalla”. No entiende como los Juegos de 1992 “fueron un elemento dinamizador de la ciudad pero no se aprovechó todo ese innmenso caudal deportivo. Organizamos bien, si nos lo proponemos, sacamos medallistas... pero ahí nos quedamos.
A mitad de camino. ¿Por qué?” Lamenta que en los Europeos de Barcelona 2010: “apenas habrá atletas catalanes. Es obvio que algo falla”. Entiende que Romà Cuyás quiera seguir presidiendo la Federación Catalana: “es legítimo que así sea. El ha hecho su apuesta. Habrá que ver que ofrece y hasta dónde quiere llegar. Pero la gente ha de saber que nuestro proyecto es ambicioso y realista”. Desea reactivar la Fundación “para ofrecer asistencia médica y apoyo a los atletas cuando acaban su carrera deportiva. En muchos casos se encuentran en la calle, sin nada... Hay que ayudarles a buscar trabajo”. También desea recuperar competiciones que se han ido perdiendo con el paso del tiempo “y que hicieron del atletismo catalán santo y seña en todo el territorio”. No piensa permanecer en el cargo indefinidamente: “la gente ha de saber que cuando se accede a un puesto de responsabilidad, hay fecha de caducidad. Así debe ser”. No cree que los jovenes de ahora lo tengan más fácil que los de su generación. “Entonces, valorábamos las cosas.
Disponíamos de un par de zapatillas y una camiseta... Hoy, en cambio, lo tienen muy complicado porque disfrutan de todo y en realidad, no tienen de nada. Las padres se sacrifican y ellos no valoran nada. A mi, si no me llevaban a la pista pillaba una enrabietada tremenda. Y ahora...”
Carmen Valero siempre ha mantenido algún tipo de vinculación con el atletismo: “aunque aprecio ciertas fisuras porque falla la base”. Para que la dejen trabajar con plenas garantías, pide un margen de ocho años: “Al menos, hasta 2016 –estima–. Será durillo, sobre todo, los dos primeros años... Es un reto que asumimos con responsabilidad. Es necesaria una renovación de gente. Sin traumas, sin acritud”. En su opinión: “siempre es un buen momento para aportar un granito de arena”.
Reconoce que “se han hecho cosas bien, pero aún se puede ir más lejos. Sabemos lo que hay que hacer”. Quiere arrastrar a los niños a las pistas de tartán “y también que este deporte entre en las escuelas. Es necesario saber que se puede jugar al atletismo. Y que puede ser divertido. Pero la única manera de lograrlo es con gente titulada que acceda a los colegios.
En nuestra propuesta, habrá un comité que se encargará de esa labor. También nos preocupa el tránsito de los atletas a la categoría sénior, que es donde se pierden la mayoría. En ese momento te planteas ‘¿sigo o no sigo?’. Y muchos arrojan la toalla”. No entiende como los Juegos de 1992 “fueron un elemento dinamizador de la ciudad pero no se aprovechó todo ese innmenso caudal deportivo. Organizamos bien, si nos lo proponemos, sacamos medallistas... pero ahí nos quedamos.
A mitad de camino. ¿Por qué?” Lamenta que en los Europeos de Barcelona 2010: “apenas habrá atletas catalanes. Es obvio que algo falla”. Entiende que Romà Cuyás quiera seguir presidiendo la Federación Catalana: “es legítimo que así sea. El ha hecho su apuesta. Habrá que ver que ofrece y hasta dónde quiere llegar. Pero la gente ha de saber que nuestro proyecto es ambicioso y realista”. Desea reactivar la Fundación “para ofrecer asistencia médica y apoyo a los atletas cuando acaban su carrera deportiva. En muchos casos se encuentran en la calle, sin nada... Hay que ayudarles a buscar trabajo”. También desea recuperar competiciones que se han ido perdiendo con el paso del tiempo “y que hicieron del atletismo catalán santo y seña en todo el territorio”. No piensa permanecer en el cargo indefinidamente: “la gente ha de saber que cuando se accede a un puesto de responsabilidad, hay fecha de caducidad. Así debe ser”. No cree que los jovenes de ahora lo tengan más fácil que los de su generación. “Entonces, valorábamos las cosas.
Disponíamos de un par de zapatillas y una camiseta... Hoy, en cambio, lo tienen muy complicado porque disfrutan de todo y en realidad, no tienen de nada. Las padres se sacrifican y ellos no valoran nada. A mi, si no me llevaban a la pista pillaba una enrabietada tremenda. Y ahora...”
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