miércoles, 30 de enero de 2008

24. Había gastado demasiada energía en los cambios de ritmo

Un nuevo día empezaba a amanecer, era domingo y como tantos otros yo me disponía a viajar hasta Madrid. El autobús me llevó desde Getafe hasta Palos de Moguer. Desde allí hice el trayecto en metro hasta Moncloa y por último otro autobús hasta el final del viaje: El Parque Sindical de Puerta de Hierro.

Se me había olvidado despedirme de mis padres y una ligera preocupación se apoderó de mí. Enseguida conseguí apartarla de mi cabeza.

Con el carné de la Federación de Atletismo de Madrid, accedí al parque sin pagar. Sólo tuve que enseñarlo en la entrada.

La inscripción, para poder participar, se cerraba una hora antes de la fijada para el comienzo de cada prueba, motivo por el cual teníamos que madrugar.

Si te retrasabas, si llegabas tarde, ese día te tocaba descansar, no podías correr. Aquella mañana yo tenía intención de realizar una prueba bastante atípica: la de 1000 metros obstáculos. Dos vueltas y media a la pista, pasar la ría dos veces. Era una carrera muy corta y por lo tanto muy rápida.

Los obstáculos se programaban pocas veces y era la primera vez que los iba a correr.

En cuanto sonó el disparo se hizo un grupo muy numeroso en cabeza. Como la compañía no me resultaba agradable, aceleré el ritmo. Con gran rapidez y energía me puse al frente de la carrera. Miré de reojo y vi que no me seguía nadie, pensé, esto va bien, así voy más cómodo.

Yo pensé que debía afrontar el paso de la ría y de los obstáculos con decisión, pero creo que me excedí un poco, algo menos de coraje me hubiese servido para no llegar tan mal a la última recta.

Al saltar el primer obstáculo llevaba varios metros de ventaja, que perdí al pasar la ría. Me caí en el centro, empapándome hasta los calcetines.

Los primeros obstáculos los pasé sin pisarlos. Después las dificultades aumentaron, mejor diré que fue el cansancio. Terminé pisándolos, perdiendo el ritmo de carrera.

Las piernas me pesaban como el plomo. Los brazos los movía con poco control. La alegría de irme solo la pagué muy cara. Ya era tarde para rectificar, había gastado demasiada energía en los cambios de ritmo. Lo único que me quedaba hacer era aguantar como pudiese hasta el final.

Crucé la meta en un tiempo de 3 minutos y 5 segundos, que no estaba nada mal. Mi record, en 1000 metros lisos, lo tenía en 2 minutos y 44 segundos.

Aquella mañana descubrí mi poca experiencia en las pruebas de obstáculos.

Cuando terminamos de correr nos fuimos a dar un chapuzón a la piscina. Allí pasamos todo el día. Hacía un tiempo muy caluroso. Mi madre me había preparado dos bocadillos y fruta.

Cuando regresé a Getafe ya era tarde. Se había hecho de noche y ya era hora de acostarme. El cielo estaba cubierto de estrellas. Su visión me resultó muy agradable.

La alegría de aquel trepidante día, había apartado de mi cabeza las preocupaciones.

Al día siguiente, cuando me desperté, me encontraba bien, el cuerpo un poco magullado, pero no estaba mal. La paliza de los obstáculos no me había dejado muchas secuelas.

JUANITO EN EL CERRO DE LOS ÁNGELES. AÑO 1998

Blas García Marín remando en el Lago. Año 1977



ENLACE:

Olusoji A. Fasuba ganó el oro, con 6.51, al 'maldito' Dwain Chambers. No hubo protestas contra el británico en la final de 60 metros

NIEVES Y BLAS ANTES DE EMPEZAR A ENTRENAR. PIANO AÑO 1997

ATLETAS ESPAÑOLES EN EL CAMPEONATO DE EUROPA DE VETERANOS. BLAS PRIMERO POR LA DERECHA. ITALIA AÑO 1998

martes, 29 de enero de 2008

@Recuerdos año 2008. #Pintura. 11848. El pintor madrileño Enrique Frutos Ródenas abre página en Artelista.com, el mayor portal de arte y punto de encuentro entre artistas

Al calor de hogar


Nacido en Humanes de Mohernando (Guadalajara) el 12 de Febrero del 1951, aficionado al dibujo y la pintura desde niño, en 1972 empiezo a tomar clases de pintura con Luís García Sánchez (Lugasa) estando en esta situación durante cuatro años, transcurridos estos, sigo mi camino independientemente, por lo que me considero casi autodidacta.

Participación de dos certámenes nacionales de Caja Madrid Participación en el IX certamen nacional de dibujo Gregorio Prieto en Valdepeñas.

Participación de dos certámenes nacionales de BMW.

Participación en el I certamen de pintura deportiva de Marca.  Varias exposiciones de poca relevancia como en cafeterías.

Participación en exposición colectiva de Enero del 2006 en la Galería Gaudi.

Participación en la Feria de Arte de Grenoble (Francia) ARTénim GRENOBLE de Enero del 2006.

Participación en el IV certamen de pintura deportiva de Marca, el año 2006.

Participación en el XXI certamen nacional de BMW, el año 2006 Participación en V Certamen Cultural de la Cooperativa Vinícola de Castilla La Mancha Virgen de la Viña en Tomelloso, el año 2006.

Exposición en el Centro Cultural de Valdebernardo, el año 2006.

Participación en el V certamen de pintura deportiva de Marca, el año 2007.

Participación en el XXII certamen nacional de BMW, el año 2007.

Participación en VI Certamen Cultural de la Cooperativa Vinícola de Castilla La Mancha Virgen de la Viña en Tomelloso, el año 2007, resultando seleccionado para la final.

Participación en el VI certamen de pintura deportiva de Marca, el año 2008.

Participación en el XXIII certamen nacional de BMW, el año 2008.

Participación en VII Certamen Cultural de la Cooperativa Vinícola de Castilla La Mancha Virgen de la Viña en Tomelloso, el año 2008.

Participación en VIII Certamen Cultural de la Cooperativa Vinicola de Castilla La Mancha Virgen de la Viña en Tomelloso, en el año 2009.

Participación en el XXV certamen nacional de BMW, el año 2010.

Participación en IX Certamen Cultural de la Cooperativa Vinícola de Castilla La Mancha Virgen de la Viña en Tomelloso, el año 2010.

 Participación en el XX certamen nacional de dibujo Gregorio Prieto en Valdepeñas.

 Exposicion en el Centro Cultural Antonio Machado de Madrid, año 2010.

Exposicion en el Centro Cultural de Valdebernardo de Madrid, año 2013

Participacion en el XII Certamen de pintura Virgen de las Viñas en Tomelloso año 2013

Participacion en el XIV Certamen de pintura Virgen de las Viñas en Tomelloso año 2015


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29 de ene. de 2008  0:01  (270)

sábado, 26 de enero de 2008

Jaime García Serrano - La Computadora Humana, bate el récord mundial del número pi al recitar 151.204 números


Jaime García Serrano – La Computadora Humana, bate el récord mundial del número pi al recitar 151.204 números.

El número Pi, 3,141592653…hasta el infinito, fue memorizado ayer por el colombiano García Serrano, en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Ese número interminable que queda reducido a la cifra de 3,1416 por la mayoría de los estudiantes.

Jaime consiguió su “sexto récord mundial Guinnes”.

La prueba consistía en recitar una fila de cifras tras indicarle un renglón de un determinado folio.



viernes, 25 de enero de 2008

Ryszard Kapuściński. Poesía Completa


ENLACE:

Óscar Martín Centeno presenta su libro “LAS CÁNTIGAS DEL DIABLO”



Publicada la obra poética completa del autor polaco



Poco antes de morir, Kapuściński, en una entrevista realizada por el poeta polaco Jarosław Mikołajewski, dirá: "Escribir poesía es para mí un lujo que raras veces me puedo permitir. Porque al escribir poesía encontramos en nosotros una oquedad que no sospechábamos antes de sentarnos ante el papel. Escribir poesía es un tipo de descubrimiento sorprendentemente valioso en uno mismo y de uno mismo. Es una extraña y preciosa sensación".

jueves, 24 de enero de 2008

Jaime García Serrano - La Computadora Humana, intentará conseguir su sexto récord mundial Guinnes

El matemático colombiano Jaime García Serrano, intentará conseguir su sexto récord mundial Guinnes, esta tarde a las 17:00 horas, en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Intentará establecer una nueva marca del número Pi, estableciendo un nuevo registro de más de 150.000 decimales.

Nacido en Colombia hace 51 años Manuel García Serrano está considerado el mejor calculista del siglo XX y es conocido mundialmente como la “computadora humana”.

Pi es un número irracional, cociente entre la longitud de la circunferencia y la longitud de su diámetro, que se conoce popularmente como 3,1416. Frecuentemente se emplea en matemáticas, física e ingeniería.










miércoles, 23 de enero de 2008

23. Tenía el aspecto de ser un juez muy severo

Teníamos muchas ganas de competir en nuestras carreras habituales: los 400 y los 800 metros, pero la Federación no las había programado hasta quince días después.

Las únicas pruebas que tenían previsto celebrarse en Madrid, aquel fin de semana, eran las del Campeonato Provincial de Marcha, en el INEF.

Los compañeros de mi grupo de entrenamiento, comentamos la posibilidad de marchar en la de 10 kilómetros, que era la distancia para nuestra categoría.

No lo pensamos mucho, enseguida nos decidimos a participar y nos inscribimos con gran jolgorio general.

No teníamos ni idea de cómo se marchaba. Habíamos visto muchas veces entrenar y competir a Mario, nuestro compañero del club Perelada, y no nos parecía muy difícil.

La mejor marca nacional, aquel año de 1967, era la del catalán Manuel Cabrera y la Olimpiada la había ganado el italiano Pamich.

Empezamos a marchar, bueno lo de marchar es un decir. Andábamos como lo haríamos por la calle, muy rápido, eso si, pero la mayoría de las veces con los dos pies en el aire y eso estaba prohibido. Siempre hay que tener un pie en contacto con el suelo. No dejamos de reírnos un momento, en los cuatro días que estuvimos entrenando. Como terapia nos vino fenomenal.

Llegó el domingo y nos dispusimos a afrontar la prueba sin correr, ya que eso sería motivo de descalificación. Nos hacía mucha ilusión saber que tiempo seríamos capaces de hacer en los diez mil metros.

Después de realizar múltiples ensayos conseguimos un nivel técnico aceptable. La mayoría de las veces cumplíamos el reglamento y manteníamos un pie siempre en contacto con la ceniza.

Los momentos más difíciles de controlar eran aquellos en los que había pique, cuando no querías que te pasaran o tú intentabas dar alcance a algún rival. Acelerabas el paso y ya está, a correr.

“El boina” nos había dicho que si no marchábamos bien nos descalificarían. El juez Arbitro Nacional Fermín Bracicorto, nos iba a controlar. El era muy riguroso y nos iba a marcar muy de cerca.

Doce vueltas y media a la pista, veinticinco rectas, estas eran las más difíciles. Dejé de darle vueltas a mis pensamientos y me situé detrás de la línea de salida.

Sonó el disparo para iniciar la marcha y todos nos pusimos en movimiento. Al principio no tuve muchos problemas, pero aproximadamente, cuando llevábamos la mitad de la prueba, empecé a notar molestias en los muslos, el dolor iba en aumento y se empezaba a hacer insoportable.

Al pasar por la línea de meta vi a Bracicorto observarme muy atento, mirándome los pies. El sabía que yo no era marchador, pero también era consciente de que le estaba poniendo muchas ganas para hacerlo bien.

Fermín, con su pelo cortado a cepillo, tenía el aspecto de ser un juez muy severo, y realmente lo era cuando estábamos compitiendo. Luego, fuera de la pista, era diferente. Cuando nos tomábamos una cerveza en el bar del INEF, era otra persona. Nos daba consejos, nos hablaba de multitud de anécdotas y no lo pasábamos muy bien hablando con él.

Los muslos se me pusieron en carne viva, por el roce. El dolor era insoportable, pero tenía que aguantar como pudiera.

Yo pensaba: ¡Cruzaré la meta! ¡Cruzaré la meta! Nada me agradaba más en aquel momento que terminar.

Me dieron un aviso por marcha irregular. Sabía que al segundo me descalificarían. Así es que opté por aminorar el ritmo, por ir más despacio todavía, dejando que me pasaran. Lo único que quería era terminar la prueba y eso lo conseguí con mucho esfuerzo, realizando una hora cuatro minutos y treinta segundos.

¡Que bellos son los momentos en los que hemos sido capaces de superar nuestros límites!

Estuve varios días sin poder correr, andando con dificultad. Pero eso a veces viene bien, es muy bueno que los músculos se regeneren. Muchas veces descansar es mejor que entrenar.

Las vivencias de aquel día han permanecido grabadas desde entonces en mi mente. El escenario, las personas…

LA VIA VERDE DE LA SIERRA. AÑO 2008

QUIOSCO DE JOSÉ ZAFRILLA. AÑO 1942

miércoles, 16 de enero de 2008

22. En el centro del Parque existe una fuente con un caño de agua cristalina y fresca

En cuanto terminó la Jura de Bandera, casi, se acabó nuestro compromiso con el Ejército.

Nos colocamos en fila, y muy ordenados fuimos pasando a recoger nuestros efectos personales, a entregar el material que nos habían prestado: el armamento, la ropa para la litera…

Tuvimos una comida especial para celebrar la Jura, era la costumbre. En un corto espacio de tiempo habíamos cambiado de estatus; acabábamos de incorporarnos al escalafón, éramos soldados. Nos sentíamos orgullosos de nuestro nuevo estado, pero sobre todo estábamos pensando en el permiso indefinido que nos habían concedido y que nos permitiría incorporarnos a la sociedad civil, a nuestro trabajo, a dormir en nuestras casas, retomando las ilusiones de nuestras vidas, que habíamos dejado aparcadas hacía solamente tres meses, pero que a mí me parecía una eternidad.

Estábamos citados para coger los autobuses que nos llevarían de vuelta a nuestro domicilio, en mi caso hasta Madrid.

La partida se hizo puntualmente a las seis de la tarde.

Desde mi asiento, yo contemplaba la dilatada alineación de los autobuses, dispuestos a iniciar la marcha. Mi mirada se posaba suavemente en el horizonte, observando las nubes que empezaban a cubrir el cielo; en aquel momento mi rostro fue sacudido por el polvo que levantaban los primeros vehículos que se ponían en movimiento, como el de una era polvorienta.

No, no te vuelvas hacía atrás –me dijo mi compañero de asiento. Es mejor disfrutar de la alegría que se respira aquí dentro. Los malos momentos ya han pasado y no merece la pena recordarlos.

Durante unos instantes me quedé pensativo, recreándome en los recuerdos que me hacían feliz. Opté por replegarme a posiciones más cómodas y mirar al sol, que nuevamente empezaba a surgir de entre las nubes.

Durante años me he preguntado a veces que me dejé yo en el Cuartel, que parte de mi vida perdí o abandoné, pero nunca fui capaz de encontrar la respuesta. Hace tiempo que ya no me lo pregunto.

A lo lejos se divisaban las primeras luces de la capital. Si el tráfico no estaba muy mal en los últimos kilómetros, llegaríamos antes de que se hiciese de noche. Todo se desarrolló como estaba previsto. Llegamos a Moncloa y terminamos nuestra primera etapa en el Ministerio del Aire, junto al Parque del Oeste…

…En el centro del Parque existe una fuente con un caño de agua cristalina y fresca, que hace las delicias de quienes la beben.

Desde hace muchos años subsiste una leyenda, que ha sido trasmitida de generación en generación, sobre las propiedades medicinales del agua de esta fuente.

Son muchas las personas que la visitan a diario, para llenar sus garrafas que luego beberán con devoción de creyentes.

Yo conocía muy bien aquel maravilloso entorno, por cuyas sendas había realizado bastantes entrenamientos, antes de mi viaje a Valladolid.

Al estar situado cerca de la Ciudad Universitaria y del INEF, era el lugar idóneo, cuando no queríamos bajar a la Casa de Campo, para realizar entrenamientos de calidad, en los que buscábamos desarrollar la potencia.

Los entrenamientos en cuestas tenían mucha aceptación entre nosotros.

Podíamos hacerlas largas pero suaves, corriendo paralelos al Paseo de Moret, o adentrarnos más en el interior del Parque. Elegir aquellas subidas que más se adecuaran a nuestro estado de forma, y que siempre estaban más apartadas de las miradas de los curiosos, que no dejaban de sorprenderse de ver correr a unos jovenzuelos en pantalón corto. Éramos una atracción, en la segunda mitad de los años sesenta del siglo pasado.

El fartlek era un método que nos gustaba mucho hacer, nos permitía correr a nuestro libre albedrío, subiendo, bajando, cambiando el sentido de la carrera, cambiando el ritmo y buscando, al ser un ejercicio en libertad, aquellos lugares en donde nuestra mente se recreaba con el descubrimiento de sensaciones nuevas e imposibles de describir.

Estábamos muy cerca de la naturaleza. Sintiéndonos muy cómodos. Sin extrañeza. Con la sensación de realizar nuevas conquistas personales.

Años después, ejerciendo yo como entrenador, sería uno de los entrenamientos que a mis atletas más les gustaba realizar en el Cerro de los Ángeles de Getafe.

VISITA AL PARQUE DEL OESTE, CON MIGUEL HERNÁNDEZ Y CONCEPCIÓN ARENAL. Año 2008